En el conflicto que ha provocado la tercera guerra mundial (WW3) su resolución ya no pasa por la vía diplomática, este tiempo Putin lo ha agotado, dilapidado, esta vía está finiquitada maldita irremediablemente. A Putin, como a un tal Hitler, ambos ultraderechistas, solo le vale la derrota de occidente a mayor gloria de sus elucubraciones imperialistas. Al mundo libre, solo nos cabe ya su derrota o eliminación.
Vladímir Putin solo le desea y ofrece al mundo libre que se someta a sus designios dictatoriales. Este ácrata solo desea que el mundo en el que vivimos estemos sometidos a su voluntad si queremos seguir respirando, vivir en su nuevo orden. En caso contrario, nos destruirá con su poder nuclear. Renace el imperio ruso con él como nuevo emperador, con un nuevo orden social, económico y político surgido al amparo de su borrachera de poder. A Putin el espejo le devuelve la imagen de un tipo que se presenta como señor de la voluntad de todos nosotros convertidos, nos guste o no, en sus nuevos vasallos.
La tercera guerra mundial comenzó el 24 de febrero de 2022. Y las consecuencias no parecen tener límite. No obstante, Putin comete el peor de los errores al creer, él y su gobierno -encabezado por su ministro de Asuntos Exteriores- y sus criminales generales, que su fuerza y poder armamentístico puede doblegar la potencia militar de las naciones y hombres libres.
Rusia desaparecerá del mapa político desde que a este iluso aspirante a emperador se le ocurra pulsar cualquier arma nuclear. Rusia será barrida del planeta, aunque nos provoque toda la destrucción que él, Putin, puede ejercer o imaginar. Rusia estará condenada a desaparecer. Lamentablemente para nosotros, a Putin ya no le vale revertir la situación, su órdago ya no tiene marcha atrás. No deja otra salida que ir a por él y sus ignominiosos compinches.
Quizá solo le quede a este paranoico la misma salida que a sus predecesores del siglo XX: suicidarse o que le juzguen y le condene a muerte un tribunal de los hombres de paz, que solo quieren vivir en un mundo justo, de igualdad y oportunidad.
Putin, él y solo él, ha declarado y provocado la Tercera Guerra Mundial. A ver cuánto tardamos en el mundo libre en demostrar que nos damos por enterados. Vladímir Putin es el ejemplo de que el hombre no solo tropieza dos veces en la misma piedra, sino que lo hace hasta el infinito. La destrucción del orden vigente es un hecho. Nada volverá a ser igual. Esta guerra nos hiere como sociedad y nos empobrece como economía. Afortunadamente, todavía luce el sol.
Putin ha puesto fecha a su defunción.
