Santa Cruz de Tenerife.- A las 20:00 horas de mañana viernes se inaugura en el Museo de Bellas Artes una exposición retrospectiva del artista Alfonso Delgado, que se podrá visitar en las salas temporales hasta el día 9 de julio. La muestra está comisariada por Paloma López Reillo.
La tercera teniente de alcalde y concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz, Gladis de León, informó que “la muestra incluye sesenta y tres obras, en su gran mayoría de gran formato. Este recorrido artístico por la trayectoria del pintor comienza en la década de los 70 del siglo pasado el, con sus primeras creaciones, cuando las obras de Alfonso Delgado tenían una clara influencia del pop art y algunas del cómic, con elementos geométricos, figuras y trazos básicos”. La edil resaltó que “el artista, fallecido hace dos años, nos dejó un gran legado”.
Esta exposición presenta una selección de su obra que fue exhibida por primera vez, hace años, en el Ateneo de La Laguna y que posteriormente inició una travesía por diferentes territorios, paisajes y océanos que lo llevaron a exponer en ambas capitales canarias, así como en París, Lieja, México D.F., Montpellier y otras ciudades europeas en las que sus cuadros forman parte de colecciones privadas a las que se suman otras ubicadas en Madrid o Barcelona.
En el acto de inauguración se desarrollará una pequeña performance a cargo de los bailarines Jesús Caramés y Esther Martínez, acompañados por la música de Michal Dedecjus al contrabajo. Es necesario confirmar la asistencia llamando al teléfono 922 609 446 o enviando un correo a infomuseo@santacruzdetenerife.es
En la década de los años 80, especialmente en su segunda mitad, se produce un cambio en las obras de Alfonso Delgado. El autor genera un constante diálogo artístico y social con los hechos y movimientos culturales que se suceden en ese momento. Vive el proceso de innovación que supone la denominada movida madrileña. Se imbuye de la corriente posmodernista y las pinceladas que conforman sus figuras son más dinámicas y personales. Para referirse a su obra, el poeta Leopoldo Panero acuñó el concepto impresionismo de línea, mientras que el poeta Luis Antonio de Villena escribió que “su pintura de mitos y ensueños refleja perfectamente el clima de la más radical realidad cotidiana”.
Un rasgo distintivo de esta época que además marcaría su evolución es el gusto por los fondos en los que puede trabajar con un trazo más extenso y más libre. Las figuras empiezan a fundirse con ese fondo, hasta que en el año 1991 desaparecen y se diluyen en él, como puede verse en “África”.
Entre 2000 y 2010 el centro es el color y la línea el horizonte. Su trabajo se encuadra de lleno en el expresionismo abstracto. En el 2006 comienza su serie de esculturas en terracota esmaltada.
En la segunda década del milenio la materia adquiere mucha más presencia y otorga volumen a la obra. En esta época, la más introspectiva pero la más rica y expresiva a la vez, convergen las influencias tanto del japonismo como del arte bizantino y el arte africano que conocía perfectamente y seguía estudiando. Paralelamente, inicia una serie de arte urbano en la que los objetos cotidianos se convierten en lienzos que comunican emociones: acciones en la calle, muebles, zapatos, ropa, pendientes.
Alfonso Delgado (Santa Cruz de Tenerife, 1955 – 2019) se formó como artista plástico con Maribel Nazco, Enrique Lite y Pedro González, entre otros grandes pintores canarios. Comenzó a escribir y publicar poesía junto a su íntimo amigo Félix Francisco Casanova. Cada día de su vida estudió, investigó y desarrolló nuevas ideas, espacios, formatos, texturas o colores. Nunca dejó de trabajar y crear.
Además de dirigir el ‘Programa Alternativa’, en la Sala de Arte Los Lavaderos, recibe el encargo del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para diseñar y dirigir un ciclo de innovaciones artísticas bajo el nombre de ‘Nuevas Formas’.
Cuando preparaba una exposición de su obra su propuesta era integral, las obras plásticas, que tenían sentido en sí mismas, también formaban parte del concepto global que presentaba y se relacionaban con las performances que llevaba a cabo, con las instalaciones, con la música que constantemente sonaba en la sala y con los poemas escritos en el suelo o en las paredes, entre otros elementos presentes en el espacio. Su trabajo fue premiado por el Programa del Consejo de Europa “Intercultural Cities” (2016) como reconocimiento al interés social, artístico e innovador de sus acciones.