Artículo de opinión de Rafael Lutzardo, periodista y escritor.
Ismael González Ramos, más conocido por el ´Poeta de Bajamar´, es un hombre con un recorrido largo y duro. Con sus 87 años de edad, Ismael González tiene múltiples historias que contar de su vida. Hijo de Francisco González Martín y Saturnina Ramos Hernández. Casado con Antonia Martín González de cuya unión nacieron 8 hijos. Abuelos de 12 nietos y 3 bisnietos. Ismael González nació en El Batán (Las Mercedes).
Recordando gran parte de su pasado, el ´poeta de Bajamar´ señaló que “con 8 años tuve que dejar el colegio para ir a trabaja. Un trabajo duro y sacrificado como fue cuidar las cabras que tenían mis padres”. Más tarde, prosigue el protagonista de esta historia, “con 14 años estuve cargando leña en el monte para luego bajar a la Punta del Hidalgo, con el objetivo de venderla. Con 15 años, trabajé cargando piedras y tierra en la finca de los Tabares. También, trabajé en Las Canteras (La Laguna), sacando bloques. De la misma manera, trabajé en la finca de doña Eugenia, en la platanera y en el pozo de agua”.
Ni que decir tiene, que la infancia de este hombre fue durísima, especialmente en la vida laboral, realizando los trabajos más duros de la época. Por todo ello, Ismael González Ramos siguió argumentando que “más tarde tomé la decisión de trabajar en los barcos, donde trabajé 5 años como camarero y marinero, recorriendo gran parte del mundo entre África, Europa y América”.
Acto seguido, y visiblemente emocionado, el ´poeta de Bajamar´ comentó que “al regreso de mi experiencia laboral en los barcos, decidí instalarme en Bajamar, donde solamente habían 63 casas. Casi todos los vecinos trabajaban en la agricultura, salvo los cuatro terratenientes que vivían allí. Tengo que recordar, proseguía Ismael, que en los años 50 no había turismo en Bajamar. De la misma manera, argumentaba el noble de Ismael González, que “en ese bello lugar costero del noreste de la isla de Tenerife comencé a trabajar como camarero en el hotel Nautilos y en Los Tejaditos. Más adelante, me fui a trabajar como chofer a la compañía de transporte de guaguas Vimar. En esa compañía estuve 10 años. Una vez que decidí abandonar la empresa Vimar; trabajé 11 años como chofer en Titsa.
Sin duda, el 11 de abril de 1977 una gran tormenta golpeó el casco de La Laguna. Una de las más afectadas fue el núcleo costero de Bajamar, que en aquellos momentos estaba en auge en turismo. Al respecto, Ismael González, visiblemente emocionado, manifestó que “ fue un día muy triste, doloroso y terrible para el Núcleo de Bajamar, Punta del Hidalgo y resto de la Ciudad de La Laguna. Resulto ser una riada descomunal. Yo estaba en una cafetería y mi furgoneta aparcada, de repente escuché un estruendo ruido de agua y salí corriendo del lugar por donde venía el agua. En esa época, Bajamar tenía 4 hoteles: Neptuno; Nautilus, Tinguaro y Delfín Laguna. Ante ese fenómeno de la naturaleza, muchos vecinos colaboramos para desviar el agua hacia el mar. Fue terrible, donde comercios y coches quedaron sepultados por las grandes piedras, lodo y agua. Creo que a partir de ahí comenzó la debacle del turismo en Bajamar”.
Por otro lado, en sus tiempos mozos fue un buen deportista, un corredor de fondo, donde logró muchos trofeos y diplomas. Sobre ello, señaló que “bueno, era joven todavía y quería estar en forma. Con el paso del tiempo me fue gustando y participaba en casi todas las carreras que se hacían en la isla de Tenerife. Fue unja etapa más de mi vida”.
A la pregunta de su afición por la poesía, Ismael González no dudo en decir que “comencé a escribir poemas en el año 2010, especialmente narrativas poéticas dedicadas a las fiestas de Bajamar y aquellas personas conocidas ya fallecidas. También, escribí un libro titulado: “Coplas de un montañero de los Batanes”.
“en lo que respecta a la actualidad de como está Bajamar, Ismael González Ramos no dudó en manifestar que “Bajamar carece de un ambulatorio; una parada de taxis, un médico, una pensión, un hotel. De la misma manera, de un alumbrado en la carretera que va de Bajamar a Tejina y de una calzada donde puedan caminar con seguridad los viandantes”.
Por último, Ismael González quiso recordar que “el día 4 de abril del presente año hizo 64 años casado con su mujer Antonia Martín González. Hemos sido un matrimonio sacrificado por las circunstancias, pero feliz, donde hemos formado un equipo, con el objetivo de navegar en el mismo barco y en una misma dirección durante toda una vida”.
Rafael Lutzardo, periodista y escritor.
