Escribir no es tarea fácil, sobre todo cuando eres columnista habitual de un medio de comunicación escrito. Cierto es, que lo que solemos escribir en prensa de papel o en periódicos digitales, nos convertimos en una especie de dianas, donde en ocasiones recibimos algunos dardos envenenados de aquellos lectores que nos siguen. Es lógico, no todos pensamos igual y no todos somos de la misma opinión. De la misma manera, no somos monedas de oro para gustar a todo el mundo. Sin embargo, tengo que reconocer que gracias a las diferentes formas de pensar y de expresar una opinión, somos actualidad. Eso quiere decir que estamos vivos. Del mismo modo, siempre y cuando la crítica sea respetuosa, es digna de respetar. Contentar a una sociedad es tarea muy compleja, sobre todo cuando vivimos en un mundo totalmente desigual e injusto. Para algunos las guerras son beneficiosas y necesarias. Para otros, son innecesarias asociadas a las tragedias y miserias de cualquier país del mundo. Es por ello, que el ser humano camina a través por su manera de pensar, ver las cosas y valorarlas, consolidándolas en razones que él considera que es lo mejor.
Sin duda, todo ello provoca en nosotros, por lo menos para mí, los que escribimos como columnistas, más motivación y más ganas de seguir escribiendo cada día para nuestros lectores. Lo cierto es, y tal como en estos momentos se mueve el mundo en su escenario terrestre en este comienzo de siglo XXI; se puede escribir de muchas cosas. Por ejemplo, de guerras, conflictos, política, economía, Iglesia, miserias, hambre, pensamiento, juventud, armamentos, virus, etc. Sin embargo, no quiero ser cansino y quiero salirme del guion de lo cotidiano. Necesito darle aires frescos a mi escritura, forma de pensar y de valorar las cosas de lo que yo considero mi forma de vivir. Eso no quiere decir que yo esté en posesión de la verdad. Para nada.
Por último, seguiremos escribiendo para contar cosas que puedan ser interesante, no exentas de censuras, criticas o el visto bueno de una sociedad transformativa y diferente en su forma de pensar. Lo importante no es lo que uno escriba. Lo interesante es lo que tu puedas aportar de forma positiva, con el objetivo de ayudar a través de la escritura. Escritura, que también juega un papel muy importante en cualquier sociedad del planeta tierra. Pensamiento, lenguaje y escritura hacen un tridente maravilloso, siempre y cuando se utilicen para mejorar lo presente. Bueno, concluyo para despedirme que seguiremos en la brecha, aunque en algunos momentos nos convirtamos en dianas periodísticas de dardos envenenados.
Rafael Lutzardo. Periodista y escritor.