Santa Cruz de Tenerife.- Agentes de la Unidad Operativa, apoyados por integrantes de la Unidad de Intervención Policial (Unipol) intervinieron, la madrugada del sábado pasado, en un local ubicado en la avenida Madrid de la capital tinerfeña. En dicho establecimiento se desarrollaban diversas actividades ilegales e incompatibles con la actual situación y las normas sanitarias vigentes. Para acceder al local, ante la negativa de la encargada del mismo de abrir la puerta a los agentes, fue necesario solicitar el apoyo de integrantes de Bomberos de Tenerife.
Al entrar al local, sobre las 01:30 horas, los policías contabilizaron allí reunidas y consumiendo a más de 40 personas. Debido a múltiples requerimientos ciudadanos, desde hace 15 días se venía haciendo un seguimiento a las actividades del bar, siendo lo más destacable que para evitar el control policial los clientes accedían al mismo y los trabajadores luego cerraban las puertas de entrada. De hecho, el pasado sábado se activó el dispositivo policial ante la actitud de varios jóvenes que permanecían en el exterior y al ver los patrullas se introdujeron en el bar apresuradamente.
Los policías locales solicitaron a los encargados del establecimiento que abrieran el local, recibiendo múltiples negativas para obstruir la labor de los agentes, todo ello a pesar de que desde la calle se escuchaba el ruido propio de este tipo de actividad. Finalmente, tras abrir la puerta el servicio de bomberos y debido a la actitud hostil del público allí reunido, entraron al recinto los miembros de la Unipol y de la Unidad Operativa. Inicialmente se comprobó que el bar estaba funcionando plenamente e incluso que había clientes compartiendo ‘shishas’, muchos sin mascarilla y sin respetar la distancia preventiva de seguridad.
Una vez dentro se entrevistaron con la titular del negocio detallándole todos los incumplimientos detectados en cuanto al aforo, horario de cierre y riesgos para la salud pública que concurrían en el establecimiento. Los agentes identificaron a los clientes que mostraron una actitud más hostil y se negaban a asumir las normas preventivas en cuanto al uso de mascarillas, distancias y el hecho de compartir artilugios para la inhalación de tabaco. En total se levantaron 10 actas por este tipo de comportamientos, también se verificó el consumo de sustancias estupefacientes en el interior del bar.
Además, se trasladará un informe detallado sobre la responsabilidad de la titular que será remitido a las autoridades competentes para que procedan a su sanción, incluyendo la obstrucción a la acción policial. A continuación, se ordenó el desalojo del local y también se descubrió que los dos empleados del mismo estaban trabajando allí sin contrato y sin estar dados de alta ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) por lo que se dará traslado a la Inspección de Trabajo.
Por último, se encontró a un menor, de cinco años de edad e hijo de la encargada, que se encontraba en el establecimiento durmiendo sobre unos sillones. Sobre esta cuestión también se elaborará un informe para la Fiscalía de Menores para que adopte las medidas necesarias en este caso.