Puerto del Rosario.- “Es ya un clamor que alguien debería dimitir por la desastrosa gestión política del CAAF en los últimos meses y tampoco nadie puede discutir que este servicio esencial para Fuerteventura se está deteriorando a un ritmo desbocado. Su máximo responsable político, el Consejero nacionalista David De Vera Cabrera, es quien debería asumir esa responsabilidad, por cierto la misma que él exigió para cesar al gerente de este organismo hace unos meses con la excusa de no cumplir objetivos, cuando aún no había cumplido ni un año en su puesto y en medio de una pandemia, aseguran desde el PSOE de Fuerteventura.
“Desde el PSC PSOE exigimos a De Vera que se aplique la misma vara de medir que él aplicó al gerente. Con aquella decisión solo perjudicó al CAAF, y desde entonces sigue sumando. La gestión del Consejero nacionalista al frente del CAAF es muy deficiente y está perjudicando el trabajo realizado antes de que él llegara y poniendo en riesgo incluso lo planificado. Los problemas se le amontonan y no es capaz de garantizar una mínima calidad y continuidad en un servicio esencial para los ciudadanos y ciudadanas de Fuerteventura. Por ello debería dimitir, y en en caso de que no lo haga, ser cesado por incompetente”.
Los socialistas majoreros afirman que, “muchos ciudadanos de Puerto del Rosario llevan ya cuatro días sin agua, hace unas semanas fueron los de Casillas del Angel, Tesjuate y Ampuyenta, poco antes en la zona norte de la Isla y demasiado a menudo se producen cortes sin previo aviso de horas y días en el sur. El servicio que presta el Consorcio de Abastecimiento de las Aguas a Fuerteventura (CAAF), un servicio esencial para nuestra Isla como es el agua potable, se está convirtiendo en un problema, y esto ocurre cuando mas recursos, planificación y presupuesto tiene esta entidad. Desde el PSC PSOE no podemos dejar de elevar alto y clara nuestra protesta y calificar de negligente esta gestión”.
“Desde el PSC PSOE de Fuerteventura instamos a los responsables políticos a asumir sus responsabilidades y a ponerse las pilas, es decir dejar de proclamar lo bien que lo hacen cuando todo va de mal en peor. Los ciudadanos están indignados, y con razón, porque el deterioro de los servicios públicos básicos, y el agua potable es uno de ellos, se están deteriorando a una velocidad de vértigo”.