CSIF-Canarias ha denunciado, públicamente, el estrés que soportan estos trabajadores y trabajadoras públicas
Santa Cruz de Tenerife. La acumulación y apalancamiento de la correspondencia en las instalaciones de sus oficinas públicas de reparto, han sembrado un caos de tan alta magnitud, que, la bola de nieve que inicialmente comenzó a rodar, hoy habría sepultado en su frío congelador a este servicio público esencial, sino hubiera al gran trabajo que vienen realizando sus empleados y empleadas públicas con una alta profesionalidad y dedicación.
En estos días el sindicato CSIF-Canarias ha denunciado, públicamente, el estrés que viene generando las condiciones de trabajos que soportan estos trabajadores y trabajadoras públicas y la dejación por parte de la administración para dar una respuesta real y efectiva al caos generado por su imprevisión administrativa.
En palabras de Pedro Gabriel, responsable del sector de Correos en Tenerife, del sindicato CSIF-Canarias: «El personal de correos en esta Isla está soportando un nivel de estrés laboral muy alto. La situación caótica que se ha generado por la inacción de la Administración y la avalancha del volumen de trabajo que se nos demanda. Los sindicatos, y entre ellos CSIF-Canarias, hemos instado a la Administración de Correos que se pongan ya las pilas y que esté a la altura que se le exige a este servicio público esencial, dónde la estabilidad laboral y contar con el personal adecuado, son pilares de su calidad».
A su vez, Arturo Fuentes, liberado sindical de CSIF-Canarias y representante del sector de Correos en Tenerife, nos recuerda cómo «han convertido, los políticos, el colapso generado en correos, en una cuestión de Estado«. A principios del diciembre pasado, a petición de la diputada de Coalición Canarias en el Congreso de los Diputados, Cristina Valido, compareció en el Congreso el Ministro de Transporte Movilidad y Agenda Urbana, Óscar Puente Santiago y mes antes, la Central de Correos en Madrid, había enviado a dos inspectores para verificar la situación denunciada públicamente de las oficinas del sur de la Isla de Tenerife. Informes de los que desconocemos sus contenidos y conclusiones.
Y al margen de todo esto, el gran trabajo realizado por las empleadas y empleados públicos ha salvado esta última campaña de Navidad y Reyes, dando ejemplo de su profesionalidad y dedicación que, particularmente, agradecemos como usuarios de su servicio público.
