Descubre los peligros del sol y aprende a proteger tu piel y la de tus hijos. Conoce los mejores fotoprotectores y medidas de prevención
Santa Cruz de Tenerife.- Con la llegada del verano, las playas y piscinas de Canarias se convierten en los destinos preferidos para disfrutar del sol y el agua. Sin embargo, es crucial estar conscientes de los peligros asociados a la exposición solar prolongada y las medidas necesarias para proteger nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
La radiación solar es uno de los mayores riesgos para la piel. La exposición sin protección puede causar quemaduras solares, envejecimiento prematuro, y en los casos más graves, cáncer de piel. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que unas 6.205 personas serán diagnosticadas con melanoma cutáneo en España anualmente, un tipo de cáncer que puede afectar a cualquier persona, especialmente a aquellas con piel clara y mayores de 50 años.
Los niños son particularmente vulnerables a los efectos nocivos del sol. La Asociación Española de Pediatría advierte que la exposición prolongada puede resultar en quemaduras severas y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel en el futuro. Además, es vital mantener una supervisión constante para evitar accidentes acuáticos, ya que la segunda causa de fallecimiento accidental en la infancia en España son los ahogamientos.
Para protegernos adecuadamente del sol, es imprescindible el uso de fotoprotectores. Los dermatólogos recomiendan utilizar cremas solares con un factor de protección mínimo de 30, aplicándolas media hora antes de la exposición y reaplicándolas cada dos o tres horas, especialmente después de nadar o sudar. Es esencial elegir protectores solares que ofrezcan protección contra los rayos UVA y UVB, y que sean resistentes al agua.
Además de los protectores solares, se aconseja el uso de ropa ligera, gorros, gafas de sol con protección UV, y buscar sombra durante las horas pico de radiación, entre las 11:00 y las 16:00 horas. Beber agua con frecuencia es vital para evitar la deshidratación y mantener la piel hidratada, reduciendo así el riesgo de quemaduras.
El agua de mar y de las piscinas también presenta riesgos adicionales. La sal y el cloro pueden causar irritaciones oculares y otras afecciones como la conjuntivitis y la queratitis. Para prevenir estos problemas, se recomienda no abrir los ojos bajo el agua, utilizar gafas de buceo adecuadas y ducharse antes y después de nadar para eliminar cualquier residuo químico.
En cuanto a los accidentes, es fundamental ser conscientes de los peligros de las zambullidas y las corrientes marinas. Las lesiones medulares son una consecuencia grave de tirarse de cabeza en aguas de poca profundidad. Para evitar estos accidentes, es recomendable tirarse de pie en aguas conocidas y evitar saltos desde lugares elevados. Las corrientes y remolinos también representan un riesgo, por lo que es importante nadar en áreas vigiladas y no alejarse demasiado de la orilla.
Finalmente, para los más pequeños, es crucial no solo aplicarles protector solar adecuado sino también vigilarlos constantemente mientras estén en el agua. Los niños deben estar siempre bajo la supervisión de un adulto responsable, evitando distracciones como el uso de teléfonos móviles, ya que un segundo de descuido puede tener consecuencias graves.
Proteger nuestra piel y la de nuestros seres queridos del sol es una tarea que requiere atención y precaución. Siguiendo estas recomendaciones y utilizando productos adecuados, podemos disfrutar del verano en Canarias de manera segura y saludable.
