Si la tierra no se trabaja y se atiende como se merece, la agricultura está llamada a desaparecer. Mientras que el 75% de los menores tienen teléfonos móviles, el mundo rural sufre la ausencia de una nueva generación que quiera trabajar la tierra como sustento de vida, motivando una ausencia total en la siembra de verduras y frutas. Del mismo modo, la ganadería también se ve abocada a desaparecer en un futuro no muy lejano, bien por las subidas de los piensos para animales, la guerra en Ucrania y una juventud que no quiere sacrificarse en cuidar animales. Lo fácil es vivir en las grandes ciudades y vivir del cuento o a costa de los padres ya retirados muchos de ellos. La tierra y la ganadería no se trabaja con Internet ni los móviles. La tierra necesita manos especializadas y maquinarias que sirvan para sembrar productos agrícolas para la supervivencia de las personas. Sin la tierra, el ser humano se ve limitado para sobrevivir en un mundo mecanizado, programado por el mundo de Internet. En la actualidad estamos comiendo comida artificial, productos basuras que solo provocan enfermedades y muertes. Los Gobiernos del mundo parece no querer darse cuenta de la importancia que tiene la tierra y la ganadería. La información para concienciar a la humanidad de la importancia que tiene el mundo rural agrícola es nula. Prefieren invertir millones de dólares o de euros para llegar a la luna que invertir en la Sanidad Pública, Educación o en la agricultura y ganadería. Muchas son las tierras abandonas que observo cada vez que viajo por los pueblos rurales del Archipiélago canario. Tierras marchitas por el abandono obligatorio de las personas mayores que en otra época se dedicaron en cuerpo y alma a sus respectivos cultivos y ganaderías. Instituciones gubernamentales de distintas épocas del Gobierno regional que no han sabido fomentar, promocionar e informar la importancia que tiene la tierra para el consumo de una sociedad alimentada artificialmente con productos basuras. Somos una sociedad alimentada por productos artificiales de plásticos. La comida y productos tradicional se perdió hace mucho tiempo. Estamos abocados a vivir a una vida artificial y propensos a muchas enfermedades por carencias de muchas vitaminas necesitadas para el cuerpo humano. Tortilla prefabricadas y vendidas en las grandes superficies, pollos asados, arroces, sopas de sobres, caldos en botes, panes realizados en maquinarias eléctricas, botes de leches con productos químicos y agua, mantequillas, jugos artificiales y frutas adulteradas con productos químicos, motivan una invasión de enfermedades importante en el organismo humano. Así pues, la tierra es un bien de la naturaleza que debemos de valorar y aprovechar para nuestra propia supervivencia.
Rafael Lutzardo, periodista y escritor.