José Manuel Bermúdez Esparza, alcalde

Editorial sobre la situación política actual en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife

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Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. NOTICIAS 8 ISLAS.
Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Si las matemáticas no engañan, y no engañan, ya que 14 es uno más que 13, a mediodía del lunes 13 de julio de 2020, el señor Bermúdez volverá a ser alcalde de la Muy Leal, Noble e Invicta Villa, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife.

Hemos asistido durante los últimos días a un frenesí viajero de barrio en barrio por los cinco distritos de la capital santacrucera corriendo detrás de la actual alcaldesa en actos que parecían inauguraciones de obras de su mandato y que no lo eran, o para enseñar las que iba a acometer, aunque para ello el procedimiento legal haga que aun tarde decenas de meses para ser una realidad. Fíjense ustedes en algún que otro concejal y, sobre todo, en algún que otro periodista. Aun cojean por tanto correr detrás.

Después de la presentación de la moción de censura, algunos no entendemos a qué ha venido tanta visita -pregonada en los medios de comunicación- a obras o proyectos que se vienen ejecutado o finalizando desde el anterior mandato, ya que en el suyo ni siquiera se han licitado las aprobadas por su Junta de Gobierno, a no ser que obedezcan a dejar una huella perdurable de su presencia en el Consistorio para la posteridad. Eso si, ya tenemos escenario de Carnaval par el año que viene y alguna mala lengua va diciendo que “es una pena que no le haya dado tiempo a inaugurar el alumbrado de Navidad”. Y lo creo.

Entre las actuaciones más relevantes que Patricia Hernández legará a los chicharreros está el desenlace del ‘caso Las Teresitas’. Llegó a afirmar que estaba “aprobado y firmado ya el acuerdo para recuperar el dinero robado a Santa Cruz con Las Teresitas”; eso sí, después de comunicar inicialmente, días antes, un acuerdo con la familia Plasencia que no estaba en ‘negro sobre blanco’ ni tramitado como es de rigor, algo de lo que tuvo que prácticamente retractarse. Pero lo logró. Después del affaire informativo –yo me lo haría mirar con la asesoría de comunicación- y rubricado el acuerdo, desde sus redes sociales le espeta a Bermúdez que no podrá mirar para otro lado con la familia Plasencia. Lo que la señora Hernández y su equipo no parecen haber valorado, es que, probablemente, han hecho un favor incalculable a Coalición Canaria porque, de ser cierta la existencia de algún sombrío interés en no resolver este asunto, la gestión del PSOE libera a los nacionalistas de cualquier responsabilidad en la ejecución del acuerdo. En todo caso, bienvenido sea este resultado para el pueblo de Santa Cruz.

Otro asunto “estrella” es el del estacionamiento de la avenida Tres de Mayo -popularmente, el del Corte Inglés-, otra obra de Plasencia sobre la que, como en Las Teresitas, el futuro gobierno municipal queda exonerado de toda acusación inquisitoria.

Otro tema, no menos inquietante, es el de la empresa municipal Emmasa. Cuando el PSOE cogobernó con CC-PNC tanto Julio Pérez como José Ángel Martín no parecieron tener el más mínimo problema en que la sociedad pública liquidara sus cuentas anuales pagando lo que ahora se dice que se paga a la empresa Sacyr. Eso no se explica en ningún día del presente mandato socialista.

En la ‘industria política’, como ya alguno la define, no se puede elegir entre buenos y malos, no. Entre el negro y el blanco al menos hay nueve tonos de grises -sí, nueve, y sé lo que me digo-, y cuando piensas que todos están contra ti y solo los tuyos están contigo tienes un problema diagnosticado como soberbia. Si, encima, te crees mejor que el adversario político, pecas de arrogante. Esta actitud puede que sirva para otros ámbitos de la política, no digo que no, pero cuando tienes la responsabilidad de gestionar la primera institución a la que puede acudir un ciudadano para pedir que le escuchen es muy perjudicial para la reputación de los políticos.

Patricia Hernández, por lo visto, exalcaldesa de Santa Cruz.