En las últimas semanas venimos asistiendo a un rodillo constante de críticas de las derechas, que en su intento de asaltar la Moncloa, han decidido emplear su derecho democrático de oposición a un mero ejercicio destructivo. En apenas veinte días, los pactos del Partido Popular y Vox nos han hecho retroceder cuarenta años.
Cualquiera que se considere demócrata y progresista no puede consentir esta amenaza a los derechos que hemos conquistado entre todos y todas. Las derechas son profundamente tóxicas y demuestran no conocer la realidad del que es uno de los países con mayores garantías sociales de Europa y del mundo.
En mi labor como senador, he detectado, perfectamente, cuáles son las necesidades de nuestro país, y no puedo estar más convencido de que lo que necesitan nuestros conciudadanos son otros cuatro años de gobierno progresista. Desde mi posición en la Cámara Alta, he podido participar en la elaboración y aprobación de más de doscientas leyes para la mejora del bienestar de los españoles. Esta posición privilegiada me ha permitido atisbar la irresponsabilidad continua del que repetirá con toda seguridad como líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
Hacer oposición no puede limitarse a un bucle de acoso y derribo contra un gobierno elegido democráticamente. La carencia de propuestas de las derechas es evidente; su única baza es una presunta rebaja fiscal, un sinónimo electoralista de la palabra recortes, la única maestría que dominan en la calle Génova.
Recortes que ya sufrieron los españoles hace no demasiado tiempo, y que creo con total honestidad que volverán para intentar desmantelar nuestro estado del bienestar. Frente a la oleada reaccionaria es vital que la ciudadanía, que el votante progresista, salga de su casa el próximo 23 de julio. Frente a la expansión global de la derecha radical, España debe ser el garante del progreso, no podemos consentir esta amenaza contra nuestras libertades.
Frente a este exceso de ruido, los socialistas hemos aprobado reformas de gran relevancia social como la subida del salario mínimo interprofesional, un 47% en los últimos cinco años. Hemos defendido el derecho constitucional a un hogar digno con la aprobación de la primera Ley de Vivienda de nuestra democracia. Devolvimos los derechos usurpados por el gobierno de Rajoy y su lesiva reforma laboral, aprobando una nueva norma que ha disparado los contratos indefinidos y que hasta el propio líder popular ha calificado de “sustancialmente buena”.
En tiempos de gran incertidumbre como los actuales, el PSOE es la única fuerza que garantiza la justicia social y la igualdad de oportunidades entre todos y todas. Estos próximos años, marcados por un contexto global de grandes dificultades, determinarán el futuro de nuestro país.
Ramón Morales, senador del PSOE por la isla de Gran Canaria