El senador nacionalista Fernando Clavijo alarma desde los titulares de prensa del peligro de «normalizar» la inclusión de las aguas del Archipiélago en la costa marroquí. Y en respuesta, yo le alerto del peligro de retorcer la realidad para adaptarla a su discurso frentista contra los Gobiernos de Canarias y de España.
Sabe bien el representante de Coalición Canaria que las denominaciones de las zonas pesqueras mundiales que utiliza en su documentación la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) lo son exclusivamente a efectos estadísticos, tal y como recoge el Manual de Estadísticas Pesqueras y cualquier otra referencia de la entidad; sin consecuencias, insisto, sobre la soberanía de las aguas a las que hace referencia.
Son varios los casos en todo el mundo en los que estas subdivisiones se refieren a aguas en las que distintos países vecinos tienen soberanía, como sucede en este caso. La denominada «Costa de Cabo Verde» corresponde a aguas bajo la autoridad senegalesa y mauritana y la zona delimitada bajo la denominación de Baleares incluye aguas marroquíes del sur del Mediterráneo.
De la misma manera, la zona de pesca denominada «Costa marroquí» (no «aguas marroquíes»), a modo de referencia geográfica, incluye aguas españolas y del país alauita, conforme con lo establecido en el Convenio internacional del Derecho del Mar.
Tanto los profesionales de actividades productivas vinculadas a la pesca en Canarias, como la población de las islas en general, deben saber que solo el mencionado Convenio Internacional rige la soberanía de las aguas; en ningún caso, las zonas de pesca FAO establecidas con fines estadísticos.
Decir otra cosa es falsear los hechos, y eso, Clavijo también lo sabe.
Ariagona González. Diputada nacional por la provincia de Las Palmas y portavoz de Pesca en el Congreso de los Diputados, y consejera en el Cabildo de Lanzarote.