Cuatro años perdidos

Manuel Expósito.

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CAMP El Sobradillo./ Cedida.
CAMP El Sobradillo./ Cedida.

Parecería que ni un solo día se ha dejado de trabajar por la Isla, lo parece viendo los titulares de prensa. En el Cabildo de Tenerife no pasa ni un solo día que nos dejen de inundar, a los medios, de iniciativas y actuaciones.

Día de…, festival de…, visita a…, semanas de…, reuniones con…, ferias…, entrega de premios, inauguraciones de comienzo de obras (eso si, solo en esta última etapa, en los años anteriores ni se han visto); carreras, marchas…; campañas, muchas campañas. En fin, propaganda gracias a un estupendo presupuesto publicitario y el gasto en zapatos, trajes y corbatas.

Obras. ¿Eso qué es? Un mandato en el que la prioridad en carreteras ha sido reasfaltar partes de la TF-1 y la TF-5, lo del Anillo Insular y la ampliación de las autopistas mejor se lo dejamos al Gobierno canario (es su competencia). Los problemas de movilidad (del tranvía a TFN o de los trenes, ni hablemos) mejor se dejan para otros cuatro años, y vaya usted a saber de que década. Se han parado proyectos que estaban en marcha desde la anterior legislatura, no vaya a ser que la oposición diga que se hicieron gracias a que ellos las comenzaron. En vivienda, pues eso, lo dejamos para el siguiente mandato. Del paro, tercera edad, educación, deporte, sanidad, sector primario… Hasta turismo está sin consejero y aun no sabemos muy bien qué pasó.

Pobre balance, sin duda. Para prueba, un botón: miren ustedes la ejecución presupuestaria del equipo de gobierno del señor Martín. En su primer mandato al frente del Cabildo de Tenerife, en su primer presupuesto, el del año 2020, dejaron de ejecutar unos 171 millones, pero es que en el ejercicio de 2021 fueron otros 169 millones. Más grave aún se vaticina lo de este 2022, que pueden rozarse los 200 millones de euros del presupuesto insular sin ejecutar. Casi siempre rondando el 20% del total presupuestado por ejercicio.

Otro botón. En el 2021, de las inversiones (capítulos 6 y 7), que son las obras que hace el Cabildo o que transfiere a los ayuntamientos, la ejecución fue tan solo del 55,43%. O sea, la mitad. Eso sí, cuando se presenta el presupuesto venden, y venden y vuelven a vender lo que se gastarán en obras e inversiones.

Pero, sin duda, el tema sociosanitario es la espina clavada en nuestro corazón. Un ejemplo. La obra del nuevo CAMP La Cuesta, en El Sobradillo -la que más duele-, está parada porque sí, cuando prácticamente toda su estructura estaba levantada y con presupuesto para terminarla. Otra joya de este gobierno que iba a gobernar de otra manera para los tinerfeños es lo del programa ANSINA. En este caso, no tiene nombre la actuación del PSOE, o mejor, ‘no tienen vergüenza’. Eso, vergüenza es lo que les debería dar por privar a nuestros mayores, durante todo el mandato, de disfrutar de una merecida vida activa y de ocio. Los abuelos y abuelas siguen esperando ese programa que, dijeron, sustituiría al que suprimieron con alevosía.

Cuatro años perdidos y ojalá que en los siguientes no suceda los mismo.

 

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