El confinamiento podría haber agravado la diabetes y producir atrofia muscular, sobre todo en los ancianos

La revisión, titulada Metabolic impacts of confinement during the COVID-19 pandemic due to modified diet and physical activity habits, analiza el impacto metabólico que puede tener una reducción drástica de la actividad física y las modificaciones súbitas de la dieta en el organismo

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Madrid.- La revista Nutrients publica en su edición del mes de mayo un estudio titulado  Metabolic impacts of confinement during the COVID-19 pandemic, donde se analizan los riesgos para la salud que conlleva una reducción drástica de la actividad física como consecuencia del actual período de confinamiento. Helios Pareja-Galeano (Universidad Europea), María Martínez-Ferrán (Universidad de Valencia), Fabián Sanchis-Gomar (Universidad de Stanford y Universidad de Valencia) y el cardiólogo Fernando de la Guia-Galipienso, advierten de que la inactividad y la modificación de la dieta ha podido agravar la diabetes y producir atrofia muscular.

Además, el envejecimiento está asociado con la obesidad abdominal, que contribuye de manera importante a la resistencia a la insulina y al síndrome metabólico, que a su vez aumenta el riesgo de numerosas enfermedades crónicas. Por lo tanto, el confinamiento podría tener un mayor impacto en las personas de edad avanzada al acelerar el proceso de envejecimiento y la aparición de enfermedades relacionadas con la edad. Y en el caso más extremo, podría acentuar o incluso desencadenar sarcopenia, un síndrome que en ocasiones degenera en discapacidad -por la pérdida de masa muscular-, y llega a provocar hasta la muerte.

Los investigadores han recabado los datos de varios estudios previos que identifican el aumento de la resistencia a la insulina, la grasa corporal total, la grasa abdominal y las citocinas inflamatorias; como las principales consecuencias metabólicas de un sedentarismo extremo. Según explican en su trabajo, todos estos factores se asocian con el desarrollo del síndrome metabólico y a su vez con el incremento del riesgo de mayor severidad a la hora de ser contagiado por COVID-19.

La importancia de la dieta y el ejercicio físico

Los autores del estudio añaden que comer en exceso o alimentos poco adecuados, como ha ocurrido con muchas personas durante la situación de confinamiento en sus casas, contribuiría a exacerbar las consecuencias descritas. Por tanto, recomiendan la restricción de la ingesta de calorías para ayudar a mitigar los efectos nocivos de la inactividad física.

En paralelo, aconsejan mantener un estilo de vida activo durante la cuarentena con el objetivo de evitar daños para la salud. Hacerlo, aseguran, puede ayudar también a paliar el impacto psicológico que el confinamiento está teniendo especialmente en los más mayores. Entre sus recomendaciones, destacan la realización de ejercicio físico al menos cinco días a la semana, combinando ejercicio aeróbico con entrenamientos de resistencia, y rebajando la intensidad y frecuencia para las personas de avanzada edad.