El presidente de Canarias reconoce la implicación de Mensajeros de la Paz “desde el minuto uno de la declaración de la emergencia social” en las Islas
Las Palmas de Gran Canaria.- El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, abordó hoy con el presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, el Padre Ángel, el drama humanitario que vive las islas y que, según las previsiones, podría agravarse a partir de septiembre cuando se registran los mayores picos en la llegada de embarcaciones procedentes de África.
En una reunión en la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias en Las Palmas de Gran Canaria, el presidente de Clavijo reconoció “la implicación y compromiso del Padre Ángel y de Mensajeros de la Paz con Canarias desde el minuto uno de la declaración de la emergencia social”, no solo en la crisis ligada a los niños y niñas no acompañados sino con acciones específicas en materia de menores extutelados una vez cumplen la mayoría de edad y salen del sistema de acogida.
Precisamente en este contexto el Padre Ángel hizo un llamamiento a la “concienciación” para afrontar un desafío que “no es de Canarias ni de España, es mundial” y estableció un paralelismo con Lampedusa cuando se cumplen diez años de la crisis humanitaria en la isla italiana.
Sobre el Padre Ángel
El Padre Ángel García Rodríguez, conocido popularmente como el Padre Ángel, nació el 11 de marzo de 1937 en La Rebollada, Mieres, Asturias. Es un sacerdote católico español y fundador de la organización no gubernamental Mensajeros de la Paz, creada en 1962. Esta organización ha sido reconocida a nivel mundial por su labor humanitaria y social, trabajando en áreas como la infancia, la juventud, las personas mayores y los colectivos en riesgo de exclusión.
El Padre Ángel se ha destacado por su incansable trabajo en favor de los más desfavorecidos y por su capacidad para movilizar recursos y voluntades en beneficio de causas humanitarias. Su dedicación ha sido premiada con numerosos reconocimientos, entre los que se incluyen el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1994 y la Gran Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social en 2006.
A lo largo de su vida, el Padre Ángel ha sido una voz crítica y comprometida, abogando siempre por la dignidad y los derechos de los más vulnerables. Su labor ha trascendido fronteras, llevando ayuda y esperanza a multitud de países y consolidando a Mensajeros de la Paz como una referencia en la acción humanitaria global.
