La calima en Canarias: un desafío constante para la salud pública

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Calima en Santa Cruz de Tenerife. | © Manuel Expósito.
Calima en Santa Cruz de Tenerife. | © Manuel Expósito.

La calima regresa a Canarias, afectando la calidad del aire y agravando los problemas de salud entre los residentes

Santa Cruz de Tenerife.- El archipiélago canario continúa enfrentando episodios recurrentes de calima, un fenómeno meteorológico que se ha intensificado en este verano de 2024, afectando gravemente la calidad del aire y, en consecuencia, la salud de sus residentes. Este fenómeno, que trae consigo polvo y partículas en suspensión desde el desierto del Sahara, no solo enturbia el cielo canario sino que también conlleva riesgos para la salud, especialmente para las personas con enfermedades respiratorias preexistentes.

Desde este lunes 19 de agosto, las Islas Canarias vuelven a experimentar un nuevo episodio de calima, con concentraciones de partículas en el aire que superan los niveles seguros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias ha emitido nuevas prealertas, instalando a la población a tomar precauciones adicionales.

Las autoridades sanitarias recomiendan, como en ocasiones anteriores, mantener puertas y ventanas cerradas, reducir las actividades al aire libre y utilizar mascarillas FFP2 para minimizar la inhalación de partículas nocivas. Además, se ha insistido en la importancia de mantenerse bien hidratado, ya que la calima puede agravar los síntomas de deshidratación y malestar general.

Los efectos de la calima en la salud van desde molestias leves como irritación en los ojos, nariz y garganta, hasta complicaciones más graves como crisis asmáticas, broncoespasmos y otros problemas respiratorios. Las partículas en suspensión, particularmente las menores de diez micras (PM10), representan un riesgo significativo, ya que pueden penetrar profundamente en los pulmones y, según estudios recientes, incluso pasar al torrente sanguíneo, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Investigaciones recientes han revelado que la calima no solo contiene polvo del Sahara, sino también otras partículas potencialmente peligrosas, como metales pesados. Estas partículas pueden provenir de áreas industriales en el norte de África, agregando un riesgo adicional para la salud pública. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha alertado sobre la presencia de estas sustancias, que pueden desencadenar no solo enfermedades respiratorias, sino también efectos adversos en el sistema nervioso y crisis de ansiedad en individuos vulnerables.

La frecuencia y severidad de los episodios de calima han aumentado en los últimos años, lo que ha llevado a expertos a vincular este fenómeno con el cambio climático. El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de viento están facilitando la llegada de polvo del Sahara al archipiélago con mayor frecuencia y en concentraciones más altas.

Este aumento en los episodios de calima no solo pone en riesgo la salud de la población canaria, sino que también impacta negativamente en el medio ambiente y en sectores económicos clave como el turismo. Los visitantes, al igual que los residentes, deben tomar medidas para protegerse durante estos episodios, lo que a su vez afecta la percepción del destino y podría tener consecuencias económicas a largo plazo.

Ante este panorama, las autoridades de Canarias, junto con expertos en salud y medio ambiente, están trabajando en estrategias para mitigar los efectos de la calima y adaptarse a esta nueva realidad climática. Estas estrategias incluyen la mejora de los sistemas de recomendaciones de alerta temprana, el fortalecimiento de las salud pública y la promoción de medidas para reducir la exposición a estos fenómenos.

Es crucial que la población canaria siga las recomendaciones de las autoridades y adopte medidas preventivas para proteger su salud. Asimismo, se espera que los gobiernos locales y regionales continúen monitorizando la situación y desarrollando políticas efectivas para enfrentar los desafíos que plantea la calima, tanto a corto como a largo plazo.

En conclusión, la calima sigue representando un serio desafío para la salud pública y el bienestar de los habitantes de Canarias. Con el aumento de estos episodios debido al cambio climático, es fundamental que se tomen proactivas para minimizar sus efectos y proteger la salud de la población en el futuro.

 


 

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La calima en Canarias: un desafío constante para la salud pública
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