Las Palmas de Gran Canaria.- La actividad para devolver la cumbre a su estado anterior a los incendios tiene múltiples caras, como es el caso de la reposición de todo el mobiliario rural, desde señalización de senderos, a mesas, bancos y vallas, para lo que el Aserradero del Cabildo de Gran Canaria ha duplicado su actividad con una producción que supone hasta el 90 por ciento de ahorro frente a su adquisición en el mercado.
Así lo informaron hoy la consejera de Medio Ambiente del Cabildo, Inés Jiménez, y el responsable del Aserradero, Miguel Romero, quienes dieron a conocer la labor que se realiza en la Finca de Osorio para toda la isla desde hace 20 años, lo que además permite dar salida a la madera resultante de los tratamientos selvícolas del Cabildo para mantener los bosques y para prevenir incendios, aunque lo cierto es que no dan avío, por lo que las instalaciones serán ampliadas.
La madera que se utiliza también proviene de la sustitución de las especies foráneas como eucaliptos y pinos radiata, que en el incendio además resultaron carbonizados, y que son repuestos con especies autóctonas. A ello se suma la madera que es adquirida para poder ejecutar todo el mobiliario urbano necesario.
Y es que la existencia de esta carpintería supone un gran ahorro, porque si bien una mesa con sus bancos para cualquier área recreativa, ya sea insular o municipal, pues los ayuntamientos también realizan sus encargos, tienen un coste en el mercado de 1.400 euros, su producción supone apenas 150, un 90 por ciento inferior.
Del mismo modo, una lama de las señalizaciones de sederos y caminos cuesta en el mercado 300 euros, mientras que su producción en Osorio es de 45 euros, esto es un 85 por ciento menos. Solo el camino de la Cruz de Tejeda-Artenara-Agaete tiene 150 lamas, aparte de 80 postes, de modo que en vez de costar 45.000 euros señalizar el camino, cuesta 6.700 euros.
La isla tiene en torno a 3.000 lamas señalizadoras, así que costar 900.000 euros, la producción propia ha hecho que hayan quedado en poco más de 130.000 euros, pero aparte están las vallas, las balizas, pérgolas, postes, mesas y bancos de madera situados por toda Gran Canaria, así que el ahorro total se dispara.
Ahora, su actividad habitual se ha duplicado para reponer todo lo incendiado, señales solo son al menos 500. La producción de todo lo quemado y su instalación tomará al menos un año, estimó el técnico responsable.
Con todo, “el objetivo es seguir creciendo en infraestructura y maquinaria. El espacio actual es producto de distintas ampliaciones y aun así no se llega a la cobertura necesaria”, por eso, el Cabildo ya ha previsto “ampliar las instalaciones con otra nave y también está presupuestada la adquisición de maquinaria punta”, concluyó la consejera.