Las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria se preparan para implementar las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) con el objetivo de mejorar la calidad del aire y fomentar una movilidad más sostenible
Santa Cruz de Tenerife.-
Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son una realidad cada vez más cercana en las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. Estas iniciativas, que ya están en marcha en numerosas urbes europeas, buscan reducir las emisiones de contaminantes y mejorar la calidad del aire en áreas urbanas con alta densidad de tráfico. Actualmente, el Gobierno de Canarias está coordinado con los Cabildos para establecer zonas de bajas emisiones en los municipios de más de 50.000 habitantes de Las Palmas de Gran Canaria, Telde, Santa Lucía de Tirajana, Arrecife, San Bartolomé de Tirajana, Santa Cruz de Tenerife, San Cristóbal de La Laguna, Arona, Adeje y Granadilla. Tanto Santa Cruz de Tenerife como Las Palmas de Gran Canaria están comprometidas con la implementación de estas zonas, que representan un paso significativo hacia la sostenibilidad y la protección del medio ambiente.
La obligación de establecer ZBE en estas ciudades no es una decisión local aislada, sino que responde a mandatos legales tanto del Gobierno de España como de la Unión Europea. La normativa europea, enmarcada en el Pacto Verde Europeo, establece que las ciudades con más de 50.000 habitantes deben implementar ZBE para cumplir con los estándares de calidad del aire y reducir las emisiones de gases contaminantes. Este requisito es parte de los esfuerzos por alcanzar la neutralidad climática en 2050 y proteger la salud pública.
El Gobierno de España ha transpuesto estas directrices europeas en su legislación nacional mediante la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que establece la obligación de crear ZBE en las ciudades españolas con más de 50.000 habitantes antes de 2023. Esta normativa afecta directamente a Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, ciudades que superan ampliamente ese umbral de población y, por ende, están obligadas a implementar estas zonas.
En Santa Cruz de Tenerife, la ZBE se concentrará inicialmente en el centro urbano, una de las zonas con mayor afluencia de vehículos y, por ende, con altos niveles de contaminación. La estrategia incluye restricciones de acceso para vehículos que no cumplan con los estándares de emisiones establecidos, incentivando el uso de vehículos eléctricos e híbridos. El Ayuntamiento de Santa Cruz ha manifestado que esta medida no solo contribuirá a la reducción de las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión, sino que también mejorará la calidad de vida de los residentes al disminuir el ruido y fomentar un entorno más saludable y seguro para peatones y ciclistas.
Las Palmas de Gran Canaria no se queda atrás en esta iniciativa. La ciudad ha diseñado su ZBE para abarcar también áreas céntricas y turísticas, donde el flujo de vehículos es intenso y la necesidad de controlar las emisiones es urgente. Según el Ayuntamiento de Las Palmas, la implementación de la ZBE permitirá una notable mejora en la calidad del aire, beneficiando tanto a los habitantes como a los visitantes. Las autoridades locales están trabajando en la creación de infraestructuras necesarias, como estaciones de recarga para vehículos eléctricos y la mejora del transporte público, para facilitar la transición hacia una movilidad más sostenible.
Ambas ciudades han recibido apoyo del Gobierno de Canarias, que ha establecido una hoja de ruta para la implementación de ZBE en todo el archipiélago. Esta colaboración interinstitucional es crucial para garantizar el éxito de estas zonas y para coordinar acciones que permitan alcanzar los objetivos medioambientales a nivel regional. Además, el gobierno regional está proporcionando fondos y recursos técnicos para apoyar a los municipios en la adopción de medidas efectivas de reducción de emisiones.
Uno de los aspectos más destacados de estas iniciativas es el impacto positivo que tendrán en la salud pública. La exposición a altos niveles de contaminación del aire está vinculada a diversas enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Con la creación de ZBE, se espera una disminución significativa en la incidencia de estas afecciones, mejorando así la calidad de vida de la población.
Las medidas que se están implementando incluyen la promoción del uso de bicicletas y otros medios de transporte no motorizados. En Santa Cruz de Tenerife, por ejemplo, se están ampliando las ciclovías, mientras que en Las Palmas de Gran Canaria se están desarrollando programas similares para fomentar la movilidad activa. Estas acciones no solo reducen la dependencia del automóvil, sino que también contribuyen a una ciudad más habitable y sostenible.
El papel del transporte público es igualmente fundamental en esta transición. Ambos municipios están invirtiendo en la modernización de sus flotas de autobuses, incorporando vehículos eléctricos y de bajas emisiones. Asimismo, se están mejorando las rutas y frecuencias para hacer del transporte público una opción más atractiva y eficiente para los ciudadanos.
La implementación de las ZBE también incluye una fuerte componente educativa y de sensibilización. Las campañas informativas están diseñadas para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de reducir las emisiones y adoptar hábitos de movilidad más sostenibles. Estas campañas se están llevando a cabo en colaboración con escuelas, empresas y organizaciones comunitarias para asegurar un amplio alcance y efectividad.
En conclusión, las Zonas de Bajas Emisiones en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria representan un avance significativo en la lucha contra la contaminación del aire y el cambio climático. Estas iniciativas no solo beneficiarán la salud y el bienestar de los residentes, sino que también contribuirán a la creación de ciudades más sostenibles y resilientes. Con el apoyo del Gobierno de Canarias y la colaboración de la ciudadanía, estas ZBE se perfilan como un modelo a seguir para otras regiones del país.
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