Hacía mucho tiempo que la isla de Tenerife no se engalanaba y se concentraba como lo hizo recientemente con los colores del CD Tenerife, al margen del Carnaval chicharrero, donde en las dos últimas semanas, la isla tinerfeña se vio envuelta de banderas, bufandas, llaveros, gorras, vallas publicitarias, redes sociales y medios de comunicación. Sin lugar a dudas, el evento deportivo colapso una isla que pedía a gritos e ilusiones el ascenso del CD Tenerife a Primera división. Sin embargo, no pudo ser, pues en el partido de vuelta de la Liga play off por el ascenso a Primera División, en el Estadio Heliodoro Rodríguez López, el conjunto blanquiazul perdió con el Girona por 1-3. Sin duda, una oportunidad de oro perdida cuando todo lo teníamos a nuestro favor. Es decir, resultado, estadio y afición. No importa, para muchos seguidores del CD Tenerife lo más importante fue eliminar a la UD Las Palmas. Pobre mentalidad.
Bueno, lo importante es que la isla de Tenerife vivió por unas semanas unos momentos de ilusiones y emociones, motivando olvidarse de la guerra en Ucrania; del crecimiento de la pobreza en Canarias, la soledad de muchos mayores, los problemas que actualmente existen en las instituciones gubernamentales a la hora de poder coger cita para solucionar un problema individual, los precios desorbitados de los productos básicos de alimentación, número de parados, Ley de dependencia, déficit de personal sanitario, drogadicción, etc. Un barómetro público y local que resalta las necesidades más imperiosas de solucionar en el Archipiélago canario, pero que las instituciones gubernamentales, al igual que la mayoría de los habitantes de Tenerife, vieron como prioridad concentrar todas las energías en el partido CD Tenerife-Girona FC.
En fin, pasada la fiebre de las emociones, ilusiones y el desencanto por no consolidar un sueño tan deseado por la afición tinerfeña y clase política, es hora de ponerse nuevamente las pilas y ser conscientes de todo lo que en estos momentos necesita los habitantes del Archipiélago canario para afrontar con mejor futuro sus necesidades más prioritarias. Por lo tanto, desconectar por unos días no es malo, pero no podemos olvidar que nuestra realidad es otra bien distinta, especialmente en todas aquellas prioridades que necesitan muchas personas de nuestras islas, pero también en la ordenación del territorio y viviendas sociales para las familias más necesitadas.
Rafael Lutzardo. Periodista y escritor.