Pedro Sánchez desata la indignación en La Palma al ignorar las solicitudes de reunión de los afectados por el volcán, profundizando la crisis humanitaria que persiste en la isla
Santa Cruz de La Palma.- La reciente visita del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la isla de La Palma ha dejado un sabor amargo entre las asociaciones de afectados por la erupción volcánica de 2021. Pese a las reiteradas solicitudes de reunión para abordar la crisis humanitaria que aún persiste, el Presidente optó por no atender a los damnificados, quienes tres años después del desastre continúan enfrentando serias dificultades económicas, sociales y emocionales.
Sánchez visitó la isla para reunirse con el Presidente de Canarias, Fernando Clavijo, centrando su agenda en la grave crisis migratoria que afecta al archipiélago. Sin embargo, la negativa a reunirse con los afectados por el volcán ha sido percibida como un gesto de desdén hacia los ciudadanos que más han sufrido las consecuencias del devastador evento natural. Entre ellos, muchos han tenido que abandonar la isla, viéndose forzados a emigrar a otras partes de España o al extranjero, lo que ha añadido al término «afectados ausentes» una nueva dimensión de dolor y pérdida.
Las asociaciones de afectados habían solicitado formalmente un encuentro con el Presidente a través del Comisionado del Gobierno para la Reconstrucción de La Palma. La falta de respuesta por parte del Ejecutivo central contrasta con la disposición mostrada por el Presidente de Canarias, Fernando Clavijo, quien había aceptado reunirse con los damnificados. Sin embargo, ante la ausencia de Sánchez, las asociaciones se vieron obligadas a cancelar este encuentro, lo que ha profundizado la sensación de abandono y desesperanza entre los afectados.
Los portavoces de las asociaciones han expresado su frustración con el proceso de reconstrucción, que ha sido presentado públicamente como un éxito, pero que en realidad sigue siendo un calvario para los afectados. Según los representantes, la ayuda destinada a la reconstrucción se ha canalizado hacia proyectos que no están directamente relacionados con la catástrofe, como la construcción de centros culturales y la renovación de infraestructuras turísticas, mientras que las necesidades básicas de quienes lo han perdido todo continúan sin ser atendidas.
«La imagen de una reconstrucción idílica contrasta dolorosamente con la realidad que vivimos las más de 8.000 personas que lo hemos perdido todo», declararon los portavoces. La burocracia y la lentitud del sistema administrativo han convertido el proceso de recuperación en un laberinto casi insuperable para los damnificados, quienes han pasado de tener una vida resuelta a enfrentar la indigencia y la desesperanza. La falta de vivienda, la pérdida de empleos, y la precaria salud mental y física de los afectados son solo algunas de las problemáticas que persisten tres años después del desastre.
El impacto económico de la erupción ha sido devastador para La Palma. Según datos recientes, el Producto Interno Bruto (PIB) de la isla ha caído un 17,55% entre 2021 y 2024, lo que equivale a una pérdida de más de 742 millones de euros para una economía insular con apenas 80.000 habitantes. Además, la tasa de desempleo ha alcanzado el 19,52%, muy por encima de la media nacional del 11,27%, lo que evidencia la gravedad de la crisis que enfrenta la isla.
Esta situación ha exacerbado la crisis social y ha aumentado la brecha entre las promesas de reconstrucción y la realidad vivida por los afectados. Las asociaciones insisten en que es imperativo que la Administración central asuma un papel más activo y eficiente en la reconstrucción de las vidas de los afectados. No se trata solo de levantar infraestructuras, sino de reconstruir vidas, recuperar hogares y devolver la dignidad a quienes lo han perdido todo.
Para los afectados, la reunión con Pedro Sánchez habría sido una oportunidad crucial para expresar de primera mano sus necesidades, anhelos y desconciertos frente al lento proceso de reconstrucción. La negativa del Presidente a dedicar tiempo a escuchar a los damnificados es percibida no solo como una falta de empatía, sino como un indicativo de que las necesidades humanas de los afectados no son una prioridad en la agenda gubernamental.
«La tragedia es humana, y debemos exigir resolver los problemas de las personas sin dejar a nadie atrás», manifestaron los portavoces. «Las infraestructuras y las inversiones a largo plazo no van a resolver los problemas inmediatos a los que nos enfrentamos aquellos que lo hemos perdido todo». En un momento en que el país se enfrenta a múltiples desafíos, los afectados por el volcán de La Palma sienten que su situación ha sido relegada al olvido, lo que solo agrava su dolor y desesperanza.
en conclusión, la visita de Pedro Sánchez a La Palma, en lugar de ser una oportunidad para reforzar el apoyo y la solidaridad con los afectados, ha resultado en una profunda decepción para quienes aún luchan por reconstruir sus vidas. Las asociaciones de damnificados reiteran la urgencia de una intervención más directa y humana por parte del Gobierno central, y advierten que la crisis en La Palma no terminará hasta que se aborden de manera efectiva las necesidades reales de los afectados. La historia de La Palma no puede ser una de abandono y desamparo, sino de reconstrucción y esperanza para todos sus habitantes.