La modernización del sistema de pensiones blinda el poder adquisitivo de los pensionistas y favorece especialmente a las personas vulnerables, las que tienen carreras profesionales más irregulares, las mujeres y los jóvenes.
Madrid.- La modernización del sistema de pensiones ha culminado con la convalidación en el Congreso de los Diputados de la norma aprobada por el Consejo de Ministros del pasado 16 de marzo para ampliar los derechos de los pensionistas, reducir la brecha de género y establecer un nuevo marco de sostenibilidad. El proceso se inició en 2021, tras la aprobación de las recomendaciones del Pacto de Toledo el año anterior.
El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha manifestado que es una reforma sólida que robustece la sostenibilidad del sistema a corto, medio y largo plazo y que avanza en equidad y solidaridad. También ha destacado que blinda el poder adquisitivo de los once millones de pensionistas actuales, así como de los futuros, y está acordada y centrada en el refuerzo de los ingresos.
Escrivá ha subrayado, igualmente, que la reforma, trabajada de la mano de Bruselas, refuerza el primer pilar del estado del bienestar, aporta tranquilidad y certidumbre y cumple con todos los hitos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y todas las recomendaciones del Pacto de Toledo.
Claves de la reforma de las pensiones
El refuerzo de los ingresos, la equidad y la solidaridad del sistema de pensiones se basa en cuatro pilares:
- Aumento progresivo de las bases máximas de cotización.
- Establecimiento de una cuota de solidaridad para que la masa salarial quede por encima de la base máxima y, por tanto, exenta de cotización, contribuya a la sostenibilidad del sistema.
- Sustitución del factor de sostenibilidad por el Mecanismo de Equidad Intergeneracional, que beneficia específicamente a los jóvenes y aumenta los recursos de la ‘hucha de las pensiones’.
- Un nuevo modelo de cálculo de la base reguladora que permite escoger, sin perjudicar a nadie, entre la fórmula actual (se tienen en cuenta los últimos 25 años) y otra más beneficiosa para los trabajadores con lagunas de cotización (se podrán excluir del cálculo los 24 peores meses de los últimos 29 años), que se aplicará de forma progresiva.
Principales beneficiarios de la reforma
Los cambios benefician:
- A los jóvenes, al evitar el recorte en sus pensiones que hubiera supuesto la aplicación del factor de sostenibilidad y el 0,25% de revalorización, con una rebaja acumulada del 50% cuando se fuesen a jubilar.
- A trabajadores con carreras profesionales irregulares.
- A las personas con prestaciones más reducidas, al incorporar una mejora progresiva de los niveles de las mínimas contributivas, no contributivas y de viudedad. Para una persona jubilada con cónyuge a cargo, la pensión mínima subirá un 22% en cuatro años y alcanzará los 16.500 euros anuales en 2027.
- A las mujeres, ya que se refuerzan las medidas para acortar la brecha de género en pensiones, mejorando el tratamiento de las lagunas de cotización de las mujeres y aumentando el complemento para la reducción de la brecha de género.
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