Las Palmas de Gran Canaria.- El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, participó en el día de hoy en la primera reunión de la Comisión Interdepartamental de Coordinación de las Medidas de Reconstrucción y Reactivación de La Palma por los daños causados por el volcán. Ante los representantes de las distintas consejerías que se encargan ya de afrontar los retos que supone el volcán en diversas áreas, así como de empresas como Gesplan, Icavin o Visocan, Torres insistió en la complejidad de la reconstrucción que se desarrollará en los tres municipios afectados (Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte), así como del resto de iniciativas para que la Isla Bonita recupere su normalidad cuanto antes. Unas dificultades que se agrandan con el hecho de que aún no se sabe cuándo va a terminar la erupción.
El coordinador de esta comisión interdepartamental, publicada ya en el Boletín Oficial de Canarias (BOC), es el viceconsejero de Presidencia, Antonio Olivera. Este órgano operará de forma paralela a la Comisión Mixta constituida por el Gobierno central, el autonómico, el Cabildo y los consistorios. Olivera será el encargado de elevar al Consejo de Gobierno, cada jueves, las circunstancias de la Oficina Única de Atención al Afectado, las dificultades, avances, los retos y necesidades. Para ello, se ha designado también a dos miembros de Presidencia, Sergio Matos y Miguel Ángel Pulido, para lograr la máxima agilidad y coordinación.
Órgano con presencia constante en Las Palma y empatía máxima con los afectados
Según recalcó el presidente de Canarias en la reunión de esta mañana, los miembros de esta comisión autonómica, designados por sus respectivas consejerías, tendrán la condición de residentes palmeros o, en lo posible, una presencia constante en La Palma para conocer in situ las novedades, el desarrollo de la emergencia y de las medidas para la recuperación, así como para estar lo más coordinado posible con esa Oficina Única y, por tanto, con los damnificados, los ayuntamientos y el Cabildo.
A su juicio, es muy importante que se controlen bien los tiempos y la exigencia de respuestas ante las circunstancias que puedan ir surgiendo por las dimensiones de este «desafío sin precedentes en las Islas». Por eso, pide que haya la mayor comprensión y empatía posible entre los miembros de la comisión para abordar las urgencias de los afectados, que aún se encuentran en la fase de asimilación de lo sucedido y que requieren mucha atención psicosocial y cercanía.
Torres advierte de que la reconstrucción de hogares, infraestructuras y barrios resultará un reto mayúsculo, por lo que reclama la máxima implicación en un proceso que puede extenderse en el tiempo. Por eso, considera clave la oficina operativa en Los Llanos de Aridane para la atención a los afectados, que se ha abierto con la mayor celeridad posible en coordinación con el resto de administraciones implicadas en la Casa Massieu, cedida por el Cabildo.
Pese al «enorme reto», el presidente recalcó que «La Palma va a tener una oficina de atención al afectado y representantes públicos a la altura» de este desafío. Para Torres, lo importante es que se ha reaccionado con rapidez y que mañana se reunirá el Consejo de Administración de Visocan para comprar las primeras viviendas para los afectados que perdieron su única casa. De hecho, los trabajadores sociales contratados para la oficina ya analizan los distintos casos.
Además, Torres pone en valor las medias adoptadas en el Consejo de Ministros de este martes, como el aplazamiento del pago de las hipotecas, los 20 millones para el subsector agrícola, un complemento como indemnización de 30.000 euros para las viviendas destruidas, cifra a la que se sumarán otros 10 millones para compra de casas por parte del Gobierno canario, así como diversas medidas fiscales. «En definitiva, unos 224 millones de euros estatales que se unen a los 40 regionales que demuestran el compromiso con la Isla porque esos fondos están llegando ya para afrontar unos daños materiales muy importantes». El presidente puso como ejemplo la adquisición por cuatro millones de euros de dos desaladoras y su pronta instalación para atender a las necesidades de agua en zonas aisladas. Acción que se reforzará con la llegada de un barco cisterna.
«Hay una isla ahora que llora y es difícil consolarla, pero, metafóricamente, la abrazamos y lo que no nos podrán reprochar es que no hemos hecho todo el esfuerzo posible y que hemos logrado la unidad de las administraciones», recalcó en unas declaraciones posteriores ante los medios.