Las Palmas de Gran Canaria.- Podemos Canarias muestra su “absoluto hartazgo” ante la inacción del ministro Fernando Grande-Marlaska, responsable de la cartera de Interior, para tomar medidas que garanticen los derechos humanos de las personas migrantes que llegan a Canarias y la convivencia pacífica en en el Archipiélago.
En ese sentido le han remitido una carta abierta firmada por todos los cargos públicos morados del archipiélago que recoge una serie de exigencias que permitan que las personas migrantes “actualmente retenidas en las islas contra su voluntad” puedan continuar su viaje a través de corredores seguros hasta los países europeos donde tienen vínculos familiares y oportunidades de futuro.
La misiva recuerda al titular de Interior que en varias ocasiones durante los últimos meses, desde el grupo confederal en el Congreso de los Diputados Unidas Podemos, se ha formulado la petición de derivación de las personas migrantes a los recursos alojativos que el estado dispone en la península.
Ahora Podemos Canarias, ante la urgencia que se desata tras los últimos acontecimientos, pone sobre la mesa la exigencia de que “las necesidades de Canarias y la defensa de los Derechos Humanos estén muy por encima de las exigencias de Bruselas” en la agenda del Ministro.
Garantizar la convivencia y defender los derechos humanos
El escrito remitido también apunta que “Canarias no puede ser utilizada por el Estado como mera base donde poner sus campamentos”, y demanda más transparencia y colaboración entre el Ministerio del Interior y las autoridades autonómicas y locales en la gestión de los recursos habilitados para las personas migrantes así como el pleno respeto a los Derechos Humanos.
“Los campamentos militares destinados a acoger a migrantes, improvisados la mayoría, se ven desbordados e incapaces de hacer frente con unas mínimas garantías, a las necesidades de estas personas”, prosigue la carta remitida para exigir de igual forma que la acogida se haga en condiciones de dignidad.
Para Podemos Canarias, esta situación está tensando la convivencia pacífica y democrática en el archipiélago porque las personas retenidas en las islas contra su voluntad “viven Canarias como una cárcel que les ha despojado de sus derechos básicos y les obliga a la miseria y la mendicidad”.
Eso, unido a la “desazón y la incertidumbre que genera la crisis sanitaria, económica y social que vivimos” provocan las “manifestaciones de odio, racismo y xenofobia que estamos viendo en los barrios de las islas”.