Madrid.- Un estudio de 20 tarifas indexadas en el mercado libre realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela la opacidad de la mayor parte de las compañías, tanto a la hora de informar sobre el coste real de la energía, como sobre el margen de comercialización que aplican para cubrir gastos y obtener un beneficio.
Las tarifas indexadas, es decir, aquellas en las que el precio de la energía depende de la evolución diaria en el mercado mayorista, se han generalizado en gran parte de las comercializadoras que, ante la crisis energética, han retirado o dejado en segundo plano tarifas con precio fijo. Esta proliferación de tarifas indexadas ha dejado en evidencia su escasa transparencia: solo 4 compañías detallan en la web la fórmula exacta empleada para definir su coste de la energía; y en otras 5 podría llegar a conseguirse buscando entre la letra pequeña de las Condiciones Generales de contratación; pero en las 11 restantes es sencillamente imposible saber a qué están llamando energía a precio de coste. Y tampoco es habitual que ofrezcan información comparable sobre el precio histórico real que han aplicado en el pasado con esta tarifa.
Respecto al margen de comercialización, OCU advierte que una de cada dos tarifas oculta un cargo en la potencia contratada, que viene a sumarse al que ya se cobra a través de un importe mensual o al recargo en el precio del kWh. El resultado es que existen de grandes diferencias según la compañía por este concepto: según las estimaciones de la organización, su coste oscilaría entre los 18 euros al año que se cobra a los usuarios con tarifa regulada PVPC y los 138 euros de alguna tarifa libre para un hogar con 4,6 kW contratados y 3.500 kWh de consumo anual.
Además, tal y como se explica en la revista Compra Maestra de abril, son pocas las tarifas indexadas que detallan si aplican o no precios indexados al mercado mayorista hora a hora, tal y como se hace con los usuarios de la tarifa regulada PVPC, o bien optan por aplicar un precio medio mensual en cada tramo horario, impidiendo esa optimización de la factura dentro de cada tramo. Esta falta de información no ayuda precisamente a saber si los hábitos de consumo en el hogar penalizan o no la factura.
Por todo ello, OCU solicita la intervención de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. La opacidad de la que hacen gala buena parte de las compañías contraviene la exigencia de la normativa, que demanda información transparente, comparable y actualizada sobre los precios de las ofertas disponibles en cada momento. Es más, las webs de las compañías tendrían que facilitar el libro de tarifas completo, incluyendo no solo las tarifas vigentes, también las que ya no son contratables para así facilitar la supervisión de precios por parte del propio usuario y las autoridades competentes.
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