Nuevo día referenciado por la triste tragedia de un suceso generado por la naturaleza. Una DANA que cambió la vida de miles de personas en Valencia y en otros lugares de Castilla La Mancha. Sin duda, España ha sido mortalmente herida por un golpe asesino de la naturaleza. Por todo ello, es hora y momento que todos estemos unidos para ayudar a todas esas personas que han perdido a sus seres queridos, sus viviendas y terrenos agrícolas.
No son momentos para saber porque tuvo que ser en España y no en otro lugar del planeta tierra la presencia de la DANA. Las cosas de la naturaleza solamente las sabe su creador, el Dios del universo, en el caso que exista. Comprendo perfectamente el dolor, la rabia y la impotencia de todas esas personas que han sido lastimadas por la DANA asesina. Lo entiendo desde fuera, pero no desde el interior de los corazones de las familias afectadas.
La naturaleza, como si tuviera memoria, nos castiga, dándonos a entender que ella siente y padece igual que nosotros. ¿Donde nos habremos equivocado con ella? Muchos nos preguntamos donde estaba el Rey de los judíos, el Dios del universo en el momento que entró en acción la DANA. Esa misma pregunta la hicieron más de 11 millones de judíos en la II Guerra Mundial cuando fueron exterminados.
Actualmente, hay cosas de la vida que no logro comprender, pero también es cierto, que nunca las podré entender hasta que muera. Yo no sé si hay algo relacionado con el Cambio Climático, una alteración de la naturaleza producida por la depredación del ser humano. Eso es lo que piensan y dicen algunos científicos especializados en este tema. Lo cierto es, que somos nosotros los que saqueamos los fondos marítimos y terrestres. Los que tiramos las basuras al mar; los que intoxicamos y adulteramos los alimentos y los que hacemos laboratorios experimentales con animales y personas.
Así pues, el ser humano en la tierra tiene sus propias leyes, pero no debemos de olvidar que la madre naturaleza también tiene la suyas. Del mismo modo, ahora donde debemos centrarnos es en ese lugar de España que nos necesitan. Recemos una oración al Dios del universo para que ese fenómeno de la naturaleza la DANA, no vuelva nunca más a la esfera terrestre. Por último, mis más sinceras condolencias a ese pedazo de España que ha sido castigada de manera cruel y cobarde.
Rafael Lutzardo, Periodista y escritor.