El consejero de Agricultura, Narvay Quintero, y el presidente de la corporación insular, Oswaldo Betancort, han firmado hoy un acuerdo de colaboración para el desarrollo de este programa
Puerto del rosario.- El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, y el presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancort, han ratificado hoy jueves, 7 de noviembre, un acuerdo de colaboración para el desarrollo de un proyecto de actuación para la conservación de los agrosistemas del espacio vitivinícola de La Geria y frenar el abandono de superficie agraria.
Esta iniciativa, cofinanciada por el Ejecutivo regional y la corporación insular, contempla una inversión de un millón de euros para implementar medidas de apoyo a los viticultores para el mantenimiento de este paisaje agrícola, así como acciones para fomentar la divulgación y formación en labores agrícolas características de este enclave para recuperar el cultivo de la vid en los terrenos donde se haya abandonado, y mejorar el conocimiento sobre este Espacio Natural Protegido de gran belleza y valor agrícola, cultural y etnográfico, que abarca 5.255 hectáreas de terreno en los municipios de Tinajo, Yaiza, Tías, San Bartolomé y Teguise.
Así, este programa también incluye la elaboración de un estudio de caracterización geográfica del cultivo para tener un conocimiento más profundo del mismo y georreferenciar las tipologías de hoyos atendiendo a su diámetro, profundidad o muro de protección, entre otros aspectos, y también de variedades de vid.
Durante el acto de firma, Quintero destacó que «la Geria conforma un paisaje único en el mundo modelado por los viticultores de la isla, que es parte de la historia y cultura de Canarias». Por este motivo, el titular del departamento incidió en la importancia del establecimiento de medidas para «proteger un legado agrario tradicional que sitúe a Lanzarote como referente internacional del agroenoturismo y refuerce la imagen exterior del Archipiélago en este ámbito, que se sustenta en unos vinos que se encuentran en el más alto nivel de excelencia, reconocidos por su calidad y singularidad».
Por su parte, Betancort señaló que «con este proyecto, los agricultores no solo recibirán apoyo económico, sino también capacitación técnica. Nuestro objetivo es garantizar que las técnicas de cultivo que sustentan La Geria se mantengan vivas en las generaciones futuras». En este sentido el presidente subrayó que «esta colaboración con el Gobierno de Canarias es esencial para preservar el valor agrícola y cultural de nuestra isla y que es ejemplo en el mundo entero».
Según datos del Mapa de cultivo, en La Geria hay 1.368 hectáreas de cultivo de viña de las cuales 237 hectáreas están en abandono (15% de la superficie). De estas, 145,7 se encuentran en el corazón de este espacio.
Los terrenos de La Geria, conocidos como arenados naturales, están cubiertos por la capa más gruesa de arena volcánica de Lanzarote, lo que condiciona la forma en la que se plantan las viñas. Las plantas se encuentran en el interior de hoyos de forma cónica excavados en la capa de arena y es común la fabricación de un pequeño muro de piedra de unos 15-20 cm. que ocupa aproximadamente la mitad del perímetro del hoyo en la parte expuesta a los vientos del noroeste, que son los predominantes en la isla durante la mayor parte del año.
Este sistema de cultivo único conlleva una serie de procesos diferenciadores respecto a otros parajes vitvinícolas, tales como la excava, que entrañan dificultades añadidas a las condiciones meteorológicas de este enclave y también un aumento los costes de producción. Esta labor consiste en extraer del interior del hoyo la arena que ha ido depositándose alrededor de la planta por el efecto del viento o a consecuencia del tránsito necesario para otras operaciones de manipulación del cultivo, como la retirada de hoja seca poda, el despampanado o la vendimia.
Para evitar la constante acumulación de arena en la base de la planta, la excava debe realizarse periódicamente con el objetivo de permitir que las escasas lluvias que se producen anualmente en la isla se filtren en el suelo y lleguen hasta las raíces. Asimismo, por medio de este proceso se previenen diversos problemas fitosanitarios que pueden comprometer la viabilidad del cultivo o mermar su producción.