Santa Cruz de Tenerife.- Nos guste o no, y a pesar de que sea reciente, Halloween ya se ha asentado entre nosotros. Disfraces, fiestas y noches temáticas, calabazas y golosinas… la fiesta de los difuntos a la americana se ha convertido en otra ocasión de consumo. Disfrútalo con cabeza y sin descuidos que supongan un riesgo, y si recurres a los disfraces para los niños, cerciórate de elegir productos seguros.
Cómo disfrutar de unas fiestas seguras
Halloween se ha convertido en una más de las fiestas señaladas, sobre todo para los más pequeños (y no solo para ellos). Es un buen momento para recordar unos consejos que permitirán a quienes celebren estos días una diversión con imaginación, sin gastar de más y sin correr riesgos. Sigue nuestros consejos para un Halloween seguro y sostenible.
12 reglas para unos disfraces seguros y sostenibles
- La confección de algunos disfraces puede dar más miedo que el personaje en el que se inspiran. Si compras un disfraz para el niño, es probable que no sea lavable. Pero si se puede lavar, al menos es buena idea, antes de que se lo ponga, dejarlo abierto, aireándose, al menos 48 horas. En cualquier caso, un disfraz seguro debe:
- Estar elaborado en material que no sea fácilmente inflamable. Las pelucas, las caretas con peluca y los adornos muy recargados incrementan el riesgo. En cualquier caso, mantén a los niños alejados del fuego, es un elemento propio de estas fiestas pero no debe considerarse un elemento de juego.
- Comprueba que los disfraces y otros artículos para niños llevan el marcado CE, son juguetes y es obligatorio que lo lleven para demostrar que han pasado las pruebas de seguridad.
- El etiquetado debe mencionar nombre y dirección del fabricante, composición e instrucciones de lavado si es el caso, igualmente si se trata de disfraces para adultos.
- La ropa para niños no puede llevar cordones en la zona del cuello o la cabeza para evitar que se enganchen con riesgo de asfixia.
- Para los niños más pequeños, de menos de 3 años, es importante asegurarse de que no se sueltan piezas pequeñas, elementos del disfraz que el niño pueda llegar a tragar o introducir en la nariz.
- Si tiene capucha, careta o máscara, asegúrate de que no limita la visión.
- Si el vestido es largo, no debe superar los tobillos del niño, para que no se lo pise y tropiece.
- Los accesorios deben ser de goma, nunca metálicos. Vigila que no haya puntas o bordes cortantes.
- No te olvides de la mascarilla, que es obligatoria para los niños mayores de 6 años cuando no se puede respetar la distancia de seguridad.
- Antes de comprar un disfraz, pregunta a tu entorno: puede que haya amigos o familiares encantandos de compartir accesorios o dsifraces apenas utilizados y pueden prestártelos.
- ¿Y que tal si preparas tú mismo el disfraz? Una camisa vieja de papá atada al revés para el médico asesino, una sábana que ya no uses servirá para toda una familia de fantasmas, una camiseta negra talla XL y un gorro de cartulina podrán convertirán a tus angelitos en auténticos brujos… Es una alternativa sostenible y no incurrirás en gastos innecesarios.
Maquillaje sin pasarse
Fantasmas, esqueletos, vampiros… un maquillaje exagerado es el mejor aliado para conseguir una caracterización acertada, pero los productos de maquillaje contienen sustancias químicas que no son inocuas, pueden dar lugar a reacciones alérgicas o de sensibilidad… sobre todo en la delicada piel de niños pequeños. Ten en cuenta nuestros consejos:
- No te pases con la cantidad de maquillaje.
- Asegúrate de limpiarlo bien, sin que queden restos.
- Ante cualquier reacción (picor, enrojecimiento…), elimina la pintura y aclara bien con agua.
- Cuidado con los esmaltes, pues tienen disolventes que pueden ser peligrosos, y los niños se llevan mucho las manos a la boca.
- ¿De verdad necesitas el spray para teñir el pelo? ¿Por qué no una peluca, un pañuelo o gorro de color?
- Evita los maquillajes que incluyan en su composición algunos parabenos (propil y butilparaben) y mejor evita que lleven fragancias, ya que son sustancias potencialmente alergénicas… y claro, también aquellos que simplemente no indican qué tienen en su composición.
- Los ojos son la zona más expresiva del rostro: unas lentillas pueden cambiar totalmente el aspecto, y en Halloween, se ha puesto de moda recurrir a ellas: ojos de serpiente, de zombi, de vampiro… mucho cuidado con las lentillas de fantasía: sigue las recomedaciones de los expertos para correr riesgos con estas lentillas cosméticas.
En casa, imaginación mejor que dinero
Si decoras la casa para la ocasión:
- Ojo con las velas: hay un claro riesgo de incendio, y aunque sean muy típicas de estos días, es mejor evitarlas, y mantener a los pequeños lejos de ellas. Además, pueden contener sustancias peligrosas.
- No caigas en el consumismo excesivo que acompaña todas estas fiestas «prefabricadas»: no necesitas comprar platos, servilletas o guirnaldas temáticas, que no son baratas y no podrás reutilizar. Escoge productos naturales, auténticas calabazas de la frutería, hojas caídas de los árboles, piñas…o mejor aún, pide a los más pequeños que hagan ellos mismos sus dibujos y decoren la casa.
- Aprovecha las tardes lluviosas en casa para hacer trabajos manuales: por ejemplo, el rollo de papel higiénico puede ser un fantasma para decorar, un envase de yogur puede convertirse con papel y con pinturas en un murciélago… También es buen momento para preparar dulces caseros o platos «temáticos»: las calabazas, de plena temporada, pueden ser protagonistas de una riquísima cena.
Fuente: Organización de Consumidores y Usuario – OCU