En Canarias, la creciente población de personas mayores presenta desafíos únicos en términos de atención sanitaria, alojamiento y bienestar social, evidenciando la necesidad urgente de estrategias integrales y adaptativas
Santa Cruz de Tenerife. En el corazón del Atlántico, las Islas Canarias enfrentan una realidad demográfica que desafía tanto a las políticas públicas como a la cohesión social de este archipiélago español. El envejecimiento poblacional y la atención a las personas mayores se han convertido en temas cruciales, no solo por el aumento de la longevidad sino también por la creciente necesidad de adaptar los servicios y estructuras sociales a esta realidad.
Las Islas Canarias albergan una población significativa de personas mayores, con un notable aumento en el número de residentes mayores de 65 años. En particular, el Alzheimer ha emergido como una condición prevalente, afectando a una proporción considerable de esta población. La enfermedad no solo plantea desafíos para la atención médica y el apoyo social sino que también subraya la importancia de una detección temprana y una intervención adecuada. La prevalencia de esta condición destaca la necesidad de servicios especializados y apoyo para los afectados y sus familias.
Además, la demanda de especialistas en el cuidado de las personas mayores ha crecido, reflejando un cambio hacia una sociedad más inclusiva y consciente de las necesidades de sus miembros más vulnerables. Desde fisioterapeutas hasta terapeutas ocupacionales y logopedas, se ha evidenciado una necesidad crítica de diversificar y ampliar los servicios disponibles para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. La atención domiciliaria, en particular, se ha destacado como una solución vital para aquellos que no pueden desplazarse regularmente a centros de atención.
Por otro lado, la ocupación de plazas hospitalarias por personas mayores debido a la falta de plazas en residencias de mayores o sociosanitarias es un tema complejo que agrava la situación. Esta situación, refleja la presión sobre el sistema de atención de salud y la necesidad de ampliar y mejorar la infraestructura de cuidado a largo plazo para las personas mayores. Al ocupar camas hospitalarias, estos individuos no solo enfrentan un entorno menos adecuado para sus necesidades de cuidado prolongado, sino que también se evidencia la saturación y el desafío logístico para los hospitales, destacando la urgencia de encontrar soluciones efectivas para la atención sociosanitaria.
En respuesta a estos desafíos, el Gobierno de Canarias y las corporaciones locales han tomado medidas para mejorar el bienestar y la atención de las personas mayores. Sin embargo, la situación de las plazas en residencias para mayores sigue siendo un tema de preocupación, con una demanda que a menudo supera la oferta disponible. Este desequilibrio subraya la necesidad de una planificación estratégica y una inversión continua para asegurar que las necesidades de la población envejeciente sean atendidas de manera eficaz y con dignidad.
La digitalización y el desarrollo tecnológico presentan oportunidades únicas para abordar algunos de estos retos, como se evidenció con la elección de Canarias para albergar la Conferencia Ministerial de Economía Digital de la OCDE en 2022. Este evento no solo destacó el potencial de las islas como un «paraíso digital» sino que también sugirió caminos para integrar soluciones tecnológicas en la atención a las personas mayores, desde la teleasistencia hasta plataformas de servicios personalizados que puedan mejorar su calidad de vida y autonomía.
En resumen, mientras Canarias navega por las aguas del envejecimiento poblacional, la comunidad y los responsables políticos están llamados a innovar y cooperar en la búsqueda de soluciones sostenibles. La atención a las personas mayores en el archipiélago es un reflejo de un compromiso más amplio con la dignidad, el respeto y el bienestar de todos los ciudadanos, marcando un camino a seguir en el cuidado y la inclusión de la población envejeciente en la sociedad.