El amor un sentimiento que recorre por todas las neuronas del ser humano. Hay amores que se afianzan para toda la vida. Por ejemplo, el amor de una madre o de un padre. El amor por las familias más cercanas y el amor cuando el estómago se impregna de sensaciones de mariposas. Sin duda, sin amor la vida no tendría sentido. El amor es una fabrica de hacer proyectos, ilusiones y objetivos. El amor, convertido en pasión, no es duradero para toda la vida. Al igual que muchas vacunas, el amor pasional tiene una duración de una locura transitoria de unos tres años. Luego viene el cariño, la admiración y el respeto. Así son los ´puentes´ de esa locura maravillosa convertida en deseos e ilusiones. El amor te hace sentir joven, atrevido y aventurero. Curiosamente, he conocido parejas que llevaban más de 15 años como novios, donde años más tarde decidieron casarse con la sorpresa que a los tres meses se habían separados. Así es el amor, sorpresivo y sin ningún guion programado. Eso quiere decir que el amor también tiene defectos y virtudes como los humanos. En lo que a mi respecta, tengo que reconocer que he conocido ambas partes. Me explico, he conocido el amor de los 16 años y el cariño de los 40. Ya no salto con la agilidad como lo hacia en mis años mozos. Ahora, camino más pausado, más lentamente y veo las cosas de otra manera. Sin embargo, reconozco que el amor tanto en la juventud como en la edad avanzada, es muy bonito y hermoso. Eso lo bello que tiene este sentimiento profundo, el cual está abierto a cualquier edad en la vida se los seres humanos. El amor es luz, vida y abanico de colores. Es el espejo donde tu corazón se mira cada día, cada tarde y cada noche. Es lo que te hace caminar y ver un nuevo día con la ilusión engalanada en tu corazón y en tu mente. Incluso, en amor en las guerras bélicas se hace más fuerte, más unido en todas aquellas persona y familias desgarradas por los miedos y las pérdidas de sus seres queridos. Así se define ese valor, ese sentimiento en todas sus estructuras emocionales a la hora de aunar unidad en los colectivos familiares. Yo vivo con la esperanza de seguir amando por lo que hago y vivo. Tengo que seguir luchando con ese refuerzo sentimental que sirva como motor de arranque en mi día a día. No podemos olvidar que el amor también existe en el mundo animal y en el mundo botánico. También, el amor se propaga en la fe religiosa; en los dioses que cada ser decide elegir en el mundo. Por lo tanto, cada uno elige el amor que desee y en el lugar cultural en el país que elija o haya nacido.
Rafael Lutzardo, periodista y escritor.