En ocasiones mi mente se pone a rebobinar y me trae recuerdos de todo un recorrido de lo que he sido en mi vida. No soy de las personas que gustan de estar recordando un pasado que ya concluyó, pero que también tuvo un presente. No obstante, mi vida tiene una gran parte de historia, anécdotas y vivencias que ya muchas de ellas no volverán. Así mismo, el periodismo me lo ha dado casi todo, donde he podido conocer a muchas personas y lugares del mundo.
Soy agradecido con lo que la vida me ha dado. No puedo quejarme. Sin embargo, y siendo sincero, lo mejor que me ha pasado en mi vida es formar una familia con la colaboración de la que hoy todavía es mi mujer. Valores morales, que la vida o el destino quisieron regalarme. Así mismo, y con el transcurso del tiempo, he tenido la gran suerte de tener salud y estar vivo. Desgraciadamente muchos de mis amigos/as han desaparecido del planeta tierra.
Es por ello, que seguiré dándole gracias al Dios del universo por seguir dándome prórroga en este mundo de los seres vivos. Los años van pasando y con ello toda una vida, pero manteniendo siempre la ilusión y la moral por todo lo alto. Sin duda, la vida ha sido mi verdadera universidad, al margen de mi formación académica.
Por otro lado, una vez insisto que soy feliz, especialmente cuando veo a nuestros hijos que ya tienen sus vidas encaminadas. Ya es hora que mi mujer y yo veamos la vida desde la tranquilidad y felicidad. El tiempo no se para; el reloj de la vida sigue su curso normal. Somos nosotros los que vamos menguando, sobre todo en nuestras presencias en este mundo. Las reglas de la vida son como son y debemos de asumirlas, adaptándonos a ellas de la mejor manera posible. Sobre todo, cuando vivimos en un mundo que presenta una desigualdad y competitividad.
Así son las escaleras de la vida, donde muchos de nosotros intentamos subirlas con ilusión y esfuerzo, pero no siempre el objetivo es exitoso, pues las pruebas que nos pone la vida no son nada fáciles. Sin duda, la vida es como una carrera de fondo, teniendo como objetivo unas metas soñadas. De la misma manera, me doy cuenta que el tiempo pasa y mi vida también, pero eso no solamente me ocurre a mí. También, a todos los seres vivos. Lo importante es tener salud para seguir luchando por lo que en verdad merece la pena en conseguirlo.
Rafael Lutzardo, periodista y escritor.
