El 31 de agosto de 2015 se publicó, en el Boletín Oficial de Canarias, el decreto que ordenaba las enseñanzas de ESO y Bachillerato correspondientes al desarrollo de la LOMCE, la anterior ley educativa, y se recogió, por primera vez, en su artículo 25.5, la inclusión en el currículo de la materia de libre configuración autonómica Historia y Geografía de Canarias y la atribución docente de dicha materia al departamento de Geografía e Historia.
Sin embargo, de una mala ley educativa, que nació sin consenso ni diálogo, se generó una oportunidad para que el alumnado pudiera profundizar en los contenidos canarios en el último curso de su formación obligatoria.
Ese decreto lo firmaron Fernando Clavijo y Soledad Monzón recién llegados al Gobierno de Canarias como Presidente y Consejera de Educación y Universidades respectivamente. A partir de ahí se trazó una estrategia de legislatura que llevó a un trabajo conjunto en el ámbito educativo y en el ámbito del patrimonio histórico y cultural, poniendo el foco en los contenidos canarios y desarrollando el programa EnSeñas, que vinculaba educación y señas de identidad. Esa labor de gobierno de desarrollo del conocimiento y respeto a nuestro patrimonio culminó con la aprobación, por unanimidad, de la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias en abril de 2019.
El programa EnSeñas, aún hoy, es presentado por la Consejería de Educación en su página web de la siguiente manera:
“El Programa EnSeñas nace el curso 2016-2017 desde el Servicio de Innovación Educativa para dar respuesta a una demanda que se percibe entre las canarias y canarios, consistente en la incorporación integral de nuestros valores históricos, culturales y patrimoniales a la práctica educativa, entendida en toda su generalidad: formal, no formal e informal.
La Ley Canaria de Educación, establece en su artículo 5.2.m: Fomentar el conocimiento, el respeto y la valoración del patrimonio cultural y natural de Canarias desde una perspectiva de creación de una convivencia más armoniosa entre la ciudadanía y el entorno.”
Y la pregunta que me surge es, ¿qué ha cambiado en la demanda de los canarios y canarias en el conocimiento de su pasado y su entorno para eliminar una asignatura obligatoria de 4º de ESO y situarla como optativa en 3º?
Pues no ha cambiado nada, al contrario, en un mundo globalizado es vital que las nuevas generaciones conozcan su pasado, su patrimonio histórico y cultural, su entorno natural y geográfico, para que lo valoren y lo preserven garantizando la pervivencia del mismo.
Escapa a cualquier sensatez pretender que el alumnado elija entre esos conocimientos y Economía y Emprendimiento, que es una materia que no tiene nada que ver con lo expuesto. Su contraposición a la hora de la elección por el alumnado resulta totalmente absurda.
No he escuchado una sola razón convincente desde el punto de vista pedagógico que avale esa decisión, más allá de vaguedades y ampararse en la transversalidad de los conocimientos. Parece estar más argumentada en un “miedo político” al conocimiento del pasado de esta tierra y al trabajo que otros hicieron antes, que al desarrollo de un currículo ordenado y riguroso.
El PSOE se ha quedado solo en esta decisión que no entiende nadie, que carece de una argumentación seria y razonada y que, repito, no responde a un criterio pedagógico ni al andamiaje de los conocimientos del alumnado. La materia debe darse en 4º porque es ahí cuando el alumnado ya ha estudiado la geografía, la prehistoria y la historia de Canarias hasta la Edad Moderna. Tal y como se justifica en el actual currículo de la asignatura, debe impartirse en cuarto curso porque “constituye un complemento idóneo en el proceso global de formación del alumnado como ciudadanía crítica, con capacidad para haber desarrollado una consciencia histórica y geográfica de la cambiante realidad en la que le ha tocado vivir, y consecuentemente, perfectamente preparado para contribuir a la construcción de un mundo más igualitario y justo.” Es en cuarto curso cuando afronta los conocimientos de la historia contemporánea y es ahí cuando tiene una perspectiva y aprendizajes suficientes para profundizar y valorar en los aspectos de la geografía e historia de su tierra. Por lo tanto, la asignatura se debe impartir en cuarto y debe ser obligatoria porque el conocimiento del pasado y el patrimonio histórico y cultural de un pueblo no debe someterse a optatividad, al contrario, debe ser una pieza fundamental del aprendizaje del alumnado para comprender la sociedad en la que vive.
Espero y deseo que el borrador planteado por la Consejería de Educación se quede solo en una de las tantas meteduras de pata de este Gobierno, que solo acierta cuando rectifica. El debate no debe ser quitar la obligatoriedad de estudiar nuestro pasado y nuestro entorno, quizá deba radicar en implementar su conocimiento.
Ahora, en medio del ruido, con propios y extraños discutiendo esa decisión, lejos de rectificar, han puesto la pelota en el Consejo Escolar de Canarias, del que espero tenga un mejor concepto de lo que significa que el alumnado de nuestra tierra conozca nuestro patrimonio cultural en su amplia dimensión, que el demostrado por este Gobierno.
Comparto la opinión de mi compañera Teresa Acosta, que en un artículo titulado “Identidad Canaria y Educación”, manifestó que “la sociedad canaria comparte unos valores que nos hacen ser únicos”. La manera de preservar esa autenticidad es garantizar el conocimiento y respeto de esos valores que son parte indisoluble de nuestra identidad como pueblo.
M. Jonathan Martín Fumero. Docente de Geografía e Historia. Secretario de Política Municipal de CC Tenerife.