Navidad confinada

Cristina Valido García es diputada por el Grupo Nacionalista Canario CC-PNC en el Parlamento de Canarias

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Esta sí que es una Navidad diferente, pero esta vez, de verdad. Un tiempo en el que solo las colas para acceder a las grandes superficies, la iluminación navideña de muchos de nuestros pueblos y ciudades o algunos balcones con efectos de verbena nos recuerdan que en breve será 25 de Diciembre, pero sobre todo que en nada diremos adiós a un desgraciado 2020 para recibir un año del que esperamos mucho, en el que hemos depositado enormes expectativas y en el que hemos hecho recaer grandes responsabilidades. 2021 debe andar asustado temiendo no estar a la altura de tan graves circunstancias.

No sé si todavía hace falta más tiempo, ni sé que tiene que ocurrir para entender que estamos en medio de una batalla sin humo contra el virus maldito que aún encuentra entre nosotros cómplices y aliados para avanzar. Que el individualismo que premia primero el disfrute personal es nuestra mayor debilidad, y que se ha puesto de manifiesto que hace tiempo que dejamos por el camino el valor del respeto y la responsabilidad ciudadana. Hay quienes relacionan el incumplimiento de las medidas recomendadas con lo que llaman fatiga pandémica. Mi abuela diría; “vaya gente pa´ una guerra” o lo que es lo mismo, sociedad de señoritos acostumbrados a vivir pendientes de si mismos, sin grandes tragedias colectivas como las que nuestros abuelos debieron soportar.

Y que más dará pasar un año sin grandes fiestas ni encuentros, sin lentejuelas de los chinos ni matasuegras, si lo importante es que nuestras familias estén a salvo y nuestros hospitales puedan hacer el mejor trabajo con nuestra ayuda. Esos profesionales a los que aplaudimos durante meses están exhaustos y nuestro aplauso de ahora es no enviarles más pacientes.

El espíritu navideño, si es verdadero, es solidario, es comprensivo y empático, no es egoísta, no es kamikaze. Sospecho que esta Navidad estaremos más preocupados por quienes están sufriendo la enfermedad y sus consecuencias que por otras tantas guerras que se nos acabaron el marzo pasado, sí, porque después de marzo, y aunque mediáticamente no lo parezca, demasiadas cosas han dejado de importar y dudo que a lo largo de este año no se haya producido un cambio de consciencia colectivo en nuestras listas de preocupaciones, deseos o ambiciones.

Si en Navidades pasadas se llenaban hojas de prensa criticando el consumismo exacerbado que estas fechas suponían, no tiene sentido que ahora sea eso lo que se eche de menos. Para muchos estas fiestas no eran sino motivo de gastos o de tristeza, estos ahora tienen la oportunidad de pasar por ellas sin compromiso y sin grandes mesas de Nochebuena en las que echar en falta a nadie, porque este año si será verdad que no estamos todos, pero lo que es importante es que aunque separados estamos vivos.

Las circunstancias nos obligan a una revisión de todo lo que en nuestro día a día hacemos por costumbre o tradición sin querer, sin consciencia o sin sentido. Es un buen momento para deshacerse de compromisos y creencias inútiles, para asumir que muchas cosas cambiarán para siempre y que algunas cambiarán sin duda para mejor. Dicen que el ser humano es capaz de soportar una gran carga emocional y de modificar y adaptar comportamientos a la espera de una recompensa, y que el problema ahora es que la recompensa a muchos sacrificios de este año no llega, la cuestión es aprender que hay cosas que hay que hacer sin más, desde el convencimiento de que no hay otra alternativa para salir de esta.

                                                 Cristina Valido García                                                      Diputada del Parlamento de Canarias

 

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Cristina Valido García es diputada por el Grupo Nacionalista Canario CC-PNC en el Parlamento de Canarias
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