Comenzó la batalla de mi vida

Rafael Lutzardo

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Esta semana no es una semana cualquiera de mi vida. Son unos días muy especiales y significativos, pues no en vano comienzo una nueva singladura, una nueva etapa y un nuevo comienzo, donde mi vida se expone a un desafío con la otra cara de la ´guadaña´ que el destino ha querido ofrecerme. Quizás sea una prueba que la vida me pone por delante para saber cuales son mis ganas de vivir y mis fuerzas para salvar ese obstáculo que ya esta misma semana comencé con mi tratamiento; un rival que desconozco, pero que sé que no es un adversario fácil de batir.

Sin duda, creo en la ciencia, en la medicina y en los especialistas que la practican. Pondré todas mis ilusiones, mis ganas, mis fuerzas y voluntad por ganar esta nueva batalla. Muchas son las personas que me impregnan de ánimos, de aliento, de calor y de esperanzas avivadas en voluntades y deseos de una pronta mejoría y de paso, consolidar en un futuro no muy lejano una clara victoria sobre mi enemigo interno.

No descubro nada nuevo, si escribo que son momentos muy difíciles, especialmente cuando la soledad te invade en algunos momentos de tu vida, de tu día a día. Sin embargo, una vez más, y en otras circunstancias distintas a las que vivo en estos momentos, me refugio en la escritura; en esa fiel amiga que nunca te falla, sobre todo cuando la deseas y la necesitas en los momentos puntuales de tu vida. Un desafío que el destino ha querido ponerme como prueba ante un mundo cada vez más complejo y difícil de comprender. Son momentos de valoración, de meditación y de reflexión, donde la razón y la lógica van de la mano formando un binomio racional, con el objetivo de encontrar respuestas que intenté encontrarlas y nunca pude conseguirlas.

No importa, todos somos pasajeros de la vida; donde cada uno llevamos en nuestras mochilas o maletas de la vida una historia personal. Todos somos parte de la historia, de la que fue en un pasado y de la que nosotros mismos hemos construimos en el presente. Es el momento de ponernos la armadura; luchar con las armas, pero no con las de acero; sino con aquellas que son justas y nobles como son los valores humanos; nada ni nadie podrá detenerme en el campo de batalla, sobre todo porque estoy reforzado de cariño y amor de muchos amigos/as y algunos familiares. Pero también porque la vida es hermosa y bonita, al margen de la poca sensibilidad y solidaridad que hay entre los seres humanos.

Insisto, hay muchas cosas por la que vivir y luchar y es por ello que me veo en la necesidad de seguir luchando con más fuerzas que nunca.

Rafael Lutzardo, periodista y escritor.


 

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Comenzó la batalla de mi vida
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Comenzó la batalla de mi vida
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Artículo de opinión de Rafael Lutzardo, periodista y escritor
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