Santa Cruz de Tenerife.- Existen individuos que se dedican a buscar información privada de posibles víctimas potenciales en diversas plataformas de redes sociales, como así, en foros, chats y buscadores. Su objetivo principal es captar y recopilar información de la persona que quiera acosar a través de Internet, siempre y cuando, dependerá de la habilidad que tenga el acosador a la hora de realizar ingeniería social. Además, hay que tener en consideración, el grado de obsesión del acosador para conseguir información de la víctima, prestando mayor atención a las publicaciones que haga la persona “seguida” en sus redes sociales. Del mismo modo, el acosador intentará hallar la manera de acceder a todas las cuentas de la víctima a las que accede a través de Internet, enviando un correo electrónico infectado por un fichero adjunto que contiene código malicioso. Una vez abierto este fichero, se ejecutará el código malicioso (spyware), donde el acosador tendrá el control total de los dispositivos electrónicos de la persona “seguida”. El spyware es un programa espía que se ejecuta sigilosamente, llevando a cabo acciones maliciosas que afectan al funcionamiento de los dispositivos electrónicos. Con ello, el acosador consigue robar todos los contactos de la víctima y, de ese modo, buscar información personal a través de las personas más allegadas al entorno de la víctima, contactando con amigos, familiares, compañeros de trabajo, …
Con la información obtenida, el acosador intentará abordar a la persona seguida con la intención de manipularla psicológicamente e identificar las vulnerabilidades emocionales de la víctima y usarlas a su favor, ya que dominan la comunicación verbal porque saben que decir y como decirlo para atraer la atención de la otra persona sin que el resto se percate de ello. Siempre el acosador tendrá una personalidad dominante, simulando tener sentimientos (sentir amor, solidaridad o compasión por los demás) y empatía (la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de comprender su visión de la realidad, su postura y sus opiniones libre de prejuicios) hacia los demás. Pero, en realidad, es “un lobo disfrazado de cordero”, para ello el acosador se vale de anular la voluntad de la otra persona utilizando toda la información obtenida, muchas veces de forma ilegal. Haciendo uso de algún tema personal o información privada conseguida, cuya finalidad es conectar con la víctima para desestabilizarla por medio de la manipulación y el engaño.
En su mente, está hacer daño psicológicamente a alguien, hostigando y atacando para demostrar su superioridad y desprecio hacia la víctima, con un lenguaje agresivo por medio de la humillación y la crítica malintencionada de todo cuanto hacen o dicen en la vida cotidiana de la persona acosada. Con ello, la autoestima del acosador aumenta consiguiendo que la otra persona se sienta infravalorada, logrando que la víctima se margine socialmente porque ésta se hace una imagen falsa de que la propia sociedad la rechaza.
Mediante este tipo de violencia telemática constante, la persona acosada ve afectada su salud física y psicológica, sufriendo ansiedad, estrés, depresión, insomnio y otros trastornos psicológicos que le impide hacer actividades tan cotidianas como salir a la calle.
En resumen, la finalidad del acosador es someter poco a poco a la otra persona y destruir su propia voluntad y, como es evidente, impedir que la víctima piense por cuenta propia sino a través de la mirada del acosador para poder utilizarla como si fuese una marioneta.
