Adeje.- El presidente del Círculo de Empresarios del Sur de Tenerife, Roberto Ucelay, ha valorado la medida cautelar del Tribunal Superior de Justicia de Canarias por la que se suprime la obligatoriedad de presentar un certificado COVID para acceder al interior de locales de restauración y ocio. Además, alerta de que el pronunciamiento del TSJC no debe ser utilizado como excusa para volver al cierre, sino para mejorar las condiciones de acceso a los establecimientos.
Ucelay ha aclarado que el recurso, que se ha ampliado esta semana, se presentó desde el cierre de los interiores de los restaurantes en Canarias, que se decretó el 23 de junio de 2021. Sin embargo, considera que penalizar a quienes no han podido vacunarse era claramente abusivo. “Es injusto que aquellos que no hayan podido acceder a la vacuna no puedan disfrutar de algunas actividades, ya que es una cuestión ajena a la voluntad de los afectados”, explica.
Como ejemplo, expone el caso de muchas familias que habían planeado y reservado sus vacaciones en todo el territorio regional y que no iban a poder disfrutar de ellas por esta medida.
Los empresarios del sur de Tenerife se apoyan en las conclusiones del Consejo Interterritorial de Salud, que no apoyó esta medida. “El certificado COVID caerá en todo el país”, pronostica el presidente del CEST.
Roberto Ucelay recuerda que el ocio nocturno lleva cerrado desde el principio de la pandemia sin ningún tipo de oportunidad. “Los servicios que trabajan las 24 horas y cuya actividad aumenta en horario nocturno – supermercados 24 horas, cafeterías en centros de servicios- se han visto abocados a la ruina empresarial y al despido de cientos de trabajadores”.
Desde el CEST consideran que se pueden tomar medidas más acordes al conocimiento actual de la pandemia. Piden acciones que, además de adecuarse a los criterios científicos, representen un apoyo a la actividad económica necesaria para la vida de los canarios.
Una de las medidas que propone el Círculo es el aumento de los horarios de apertura, adecuándose a lo autorizado por las licencias de cada actividad. Aseguran que un mayor tiempo de apertura podría suponer una menor concentración de clientes. También considera fundamental hacer un mayor control de las medidas que ya existen como el uso de las mascarillas o la distancia obligatoria de dos metros entre las sillas y, así, evitar que algunos locales puedan saltarse la normativa sin consecuencias. Asimismo, el CEST pide una férrea vigilancia y control de los botellones en la calle y de reuniones ilegales.