Intentaré escribir esta semana con un mayor esfuerzo psicológico que en otras ocasiones anteriores, pues reconozco que no estoy atravesando por momentos muy buenos, aunque ello no quiere decir que arroje la toalla. Mi compromiso con la sociedad y con mis lectores conlleva ser fiel a la confianza que han depositado en mí. Es por ello, que ellos/as esos seguidores son mis balones de oxígenos para que cada semana me sienta ilusionado en seguir consolidando mi columna de tantos años de oficio profesional en la comunicación.
Cambiando de tema, se nota que el cambio climático sigue haciendo efectos muy negativos en el planeta tierra. Si duda, la vida de los seres vivos en este planeta se hace cada día más difícil para sobrevivir con calidad de vida. Múltiples enfermedades; guerras, sequías, huracanes, tsunamis, terremotos, lluvias copiosas en diferentes partes del mundo, motivan desgracias humanas y materiales. Muchas son las cosas que han evolucionado de manera sorprendente; pero también es verdad que nos hemos adelantado a nuestro propio tiempo sin importarnos lo que podía ser bueno o malo para nuestras vidas en las próximas generaciones y etapas venideras.
Sin embargo, y pese a todo lo señalado anteriormente, tengo que reconocer que hay que seguir luchando y no dejarnos influir por esos sorpresivos acontecimientos de la naturaleza y por la otra parte del lado humano.
El mundo lo dominan las grandes potencias militares, políticas, empresariales y culturas religiosas. Estamos en sus manos, en sus laboratorios experimentales, donde nosotros somos los verdaderos ´conejitos´ de india` para que las industrias farmacéuticas no se hundan y las llamadas ´vacunas´ tengan una marca y un precio en el mercado internacional. En lo que respecta a las guerras generadas por los humanos, se puede decir que es una verdadera barbarie del pensamiento y acción ambiciosa de la maldad del hombre. Así mismo, la naturaleza también se convierte en protagonista cuando ejecuta sentencia contra todos los seres vivos.
En definitivas, si queremos seguir viviendo tenemos que asumir lo que hay en estos momentos en nuestras respectivas vidas. Es una lucha diaria por sobrevivir en la búsqueda de una mejor calidad de vida en todas sus estructuras y organigramas sociales. La búsqueda por la igualdad y un mundo más justo, es una lucha que se reivindica cada día, pero casi imposible de que se pueda conseguir, pues el mundo siempre estará dividido por las castas. Es decir, el rico será más rico y el pobre será más pobre.
Rafael Lutzardo, periodista y escritor.
