Ángel Víctor Torres: “La COVID-19 no ha logrado detener nuestras esperanzas”

El presidente de Canarias resalta en su mensaje de Fin de Año que el principal objetivo de este Gobierno “es que nadie sienta desprotección en nuestras Islas”.

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Ángel Víctor Torre, presidente de Canarias.
Ángel Víctor Torre, presidente de Canarias.

Las Palmas de Gran Canaria.- El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha señalado hoy, día de Fin de Año, que este 2020 ha sido un año en el que nos hemos enfrentado “a nuestra capacidad para resistir” y también para “rehacernos en los más inesperados acontecimientos”.

En su discurso institucional de Fin de Año, retransmitido esta noche por TVC, las primeras palabras del presidente de Canarias han sido para agradecer a la ciudadanía que la pandemia producida por la COVID-19 “no lograra detener nuestras esperanzas”. Igualmente, tuvo palabras de reconocimiento para el personal sanitario y los colectivos profesionales y sociales que aún están “en primera línea, consiguiendo que ese barco, que parecía que se hundía irremisiblemente, logre surcar de nuevo las aguas de este Archipiélago de futuro que queremos construir entre todos”.

Ángel Víctor Torres también se refirió a otras víctimas, las que se han quedado sin trabajo por la crisis derivada de esa pandemia mundial, especialmente en el sector turístico y comercial. Además, recordó, por ejemplo, los múltiples desafíos que se han ido sucediendo a lo largo de estos meses y el empeño denodado por hacer entender que ante esta situación “necesitamos más que nunca de la solidaridad y la ayuda del resto de España y de Europa”.

En esta misma línea, Torres dijo que “apelamos a nuestra condición de región ultraperiférica para que se compense la lejanía y la mayor afección social y económica de esta crisis, y para que Canarias pueda recuperarse como otros territorios continentales: en igualdad de condiciones”.

El presidente de Canarias recordó en su mensaje de Fin de Año a los miles de migrantes que han llegado a nuestras costas, pero también a los que se quedaron en el camino, en aguas del océano. Apeló a una respuesta a este fenómeno que, por difícil que sea en un territorio pequeño como el nuestro, no puede dejar de ser solidaria y tolerante.

Torres mostró su convencimiento de que las circunstancias que hemos vivido este año “nos harán más fuertes y resistentes”, y aludió a que el camino no ha acabado: “Este terrible 2020 nos ha presentado a un duro e invisible enemigo que, lamentablemente, se ha cobrado demasiadas vidas”. El presidente también resaltó que “nos queda un último tramo de la travesía, hasta que se extienda la aplicación de la vacuna”.

Ángel Víctor Torres pidió que “no nos confiemos”, que “nobajemos la guardia” y que “luchemos para conseguir que Canarias sea un ejemplo de reconstrucción y de esperanza”.

Mensaje de Fin de Año del presidente de Canarias

Ángel Víctor Torres, presidente de Canarias.
Ángel Víctor Torres, presidente de Canarias.

Buenas noches. Los años que vivimos nos enseñan y nos fortalecen. Sin embargo, hay años que ponen a prueba nuestra capacidad para resistir y para rehacernos ante los más inesperados acontecimientos.

2020 ha sido uno de esos años. Y este mensaje, que envío hoy desde la Casa-Museo Pérez Galdós, me gustaría que sirviera para agradecer a toda la ciudadanía canaria el esfuerzo, la resistencia, la capacidad que ha tenido para que ese caos que ha provocado la COVID-19, no lograra detener nuestras esperanzas.

Quisiera, en primer lugar, destacar el trabajo del personal sanitario y de cada colectivo profesional y social que ha estado, y que está aún en primera línea, consiguiendo que ese barco, que parecía que se hundía irremisiblemente, logre surcar de nuevo las aguas de este Archipiélago de futuro que queremos construir entre todos.

Lo haremos aprendiendo de nuestros errores pasados, y afrontando los nuevos retos con la valentía, el coraje y la sabiduría que siempre han caracterizado a quienes han habitado estas Islas. Hombres y mujeres que crecieron mirando a esos horizontes que, lejos de aislarnos, nos permiten reconstruir todos los sueños.

El océano que nos rodea es, al final, nuestro mejor aprendizaje: es el ciclo que nos enseña que todo en la vida va y viene. Que todo cambia, como las mareas que van dibujando cada día nuestras orillas.

No puedo obviar la realidad que vivimos, ni la situación social y laboral que sufren muchas personas. Nuestro principal objetivo es que nadie sienta desprotección en nuestras Islas.

Este año hemos visto cómo el turismo se paralizaba por completo. Pero en lugar de lamentarnos, nos pusimos a trabajar tratando de ir siempre por delante de lo que se veía venir, innovando, legislando, tomando iniciativas pioneras que, sin embargo, chocaban con la pandemia que iba avanzando por todo el planeta.

Fue, recuerden, La Gomera, en enero, el lugar en el que se detectó el primer caso de coronavirus importado de España. De los primeros en Europa. Todo nos sonaba lejano, extraño. Pero ese hecho dio la vuelta al viejo continente; dio la vuelta al mundo, e hizo que la COVID-19 llegara inesperadamente a nuestras Islas.

Entonces nos pusimos en marcha y se activaron protocolos de aislamiento, que dieron buenos resultados.

Llegó febrero y entonces, ¿lo recuerdan?, se tomó en Canarias, en Tenerife, la inédita decisión de confinar un hotel entero -mil personas- porque uno de sus clientes dio positivo. La medida pudo parecer excesiva, pero el tiempo terminó dando la razón: lo que al principio podía ser una desventaja, una mala imagen, se convirtió en una fortaleza, en una realidad nítida de destino seguro y con capacidad de respuesta ante un fenómeno global.

Tres semanas después, el 14 de marzo, se decretaba el estado de alarma en el país, y todo se paró.

Desde entonces, el embate de las olas no ha dado tregua. Una y otra vez hemos tenido que dar respuesta a múltiples desafíos. Nunca ha sido fácil resistir en territorios aislados como el nuestro y con una fragilidad económica que se ha ido perpetuando casi sin que nos diéramos cuenta. Y en esta complicada situación necesitamos más que nunca de la solidaridad y la ayuda del resto de España y de Europa. Apelamos a nuestra condición de región ultraperiférica para que se compense la lejanía, la mayor afección social y económica de esta crisis: y para que Canarias, en los planes de reactivación europeos, pueda recuperarse como otros territorios continentales, en igualdad de condiciones.

No hemos parado de trabajar, y lo hacemos desde la unión. Elaboramos desde Canarias proyectos ambiciosos con el fin de mejorar las expectativas. Todo debe cambiar a mejor.

Pero no queremos confiar en el azar, que parece no ser venturoso con nuestro destino. Por eso, hemos puesto en marcha el Plan para la Reactivación Social y Económica de Canarias, logrando amplios consensos con sindicatos, empresarios, agentes sociales, grupos políticos, y con todos aquellos colectivos que asumen que, en estos tiempos, hay que arrimar el hombro.

Mi labor como presidente es intentar conseguir que todos y todas nos sumemos a ese plan. Creo que estamos dando los pasos adecuados. Tenemos una hoja de ruta clara.

Canarias tiene un plan. Un plan para un renovado modelo turístico, comercial, industrial sostenible, para un modelo económico basado en la innovación y en las posibilidades de desarrollo empresarial y tecnológico; en la conservación medioambiental, en la economía verde y azul, en la formación, en la vivienda, en el empleo, en el primer sector. Estamos seguros de que esta crisis va a suponer una oportunidad para reforzarnos, siempre con unidad. Para remontar el vuelo y hacerlo de una forma distinta: funcionando mejor, siendo más eficientes, más ágiles, más productivos.

Seguimos creyendo, además, que solo desde la apuesta decidida por los servicios básicos esenciales, el refuerzo de la Sanidad, la Educación, los Derechos Sociales, la Igualdad, podremos construir un futuro mejor y más esperanzador para nuestro Archipiélago. Y que será más fácil si nos mantenemos firmes y contamos, como hasta ahora, con el compromiso y la responsabilidad de la sociedad canaria. De todos ustedes.

En este aciago 2020, el mar que nos rodea y nuestras costas, que han sido siempre fuente de riqueza para Canarias, también han sido escenario de preocupación por la llegada de miles de migrantes y porque muchas personas, desgraciadamente, perdieron la vida en ese peligroso viaje. La difícil respuesta a este drama se acentuó aún más por la pandemia, la parálisis económica en los países de origen y el cierre de fronteras.

Las dificultades, sin embargo, no deben hacernos olvidar que Canarias es un pueblo solidario. Somos descendientes de emigrantes. Somos un pueblo tolerante. Lo llevamos en nuestra esencia. No debemos dejarnos llevar por bulos y bajas pasiones. Como presidente de Canarias, siempre me tendrán combatiendo contra el fanatismo, contra el racismo y la xenofobia.

Con idéntica fuerza con la que también lucho, y luchamos, contra la violencia machista.

Hoy para enviar este mensaje, me he trasladado hasta la casa de quien quizá es el canario más universal y uno de los más trascendentales de nuestra historia: Benito Pérez Galdós. Don Benito siempre tuvo el constante empeño por contar los designios de la condición humana, y nadie seguramente lo hizo como él. Nos enseñó que siempre hay una salida en los laberintos más complicados.

En este 2020 hemos conmemorado los cien años de la muerte de Benito Pérez Galdós, quien escribió en sus Episodios Nacionales*, que “todo es navegar, todo es una continua lucha, un gran derroche de esfuerzos, arte y valor para no ahogarse”. Y ese arte, ese valor, y ese empeño en buscar un mañana más habitable, es el que nos permitirá remontar en estos tiempos tan difíciles y tan complicados que estamos viviendo.

*Luchana, 1899.

Quiero a ustedes darles las gracias por seguir creyendo que todo lo que nos ha sucedido solo servirá para hacernos más fuertes y más resistentes.

Estas Navidades estamos haciendo un esfuerzo enorme. Soy consciente de ello y sé que es difícil en estas fechas mantener las distancias con nuestros seres queridos y reprimir los besos y los abrazos.

A todo ello se suman las ausencias. Este terrible 2020 nos ha presentado a un duro e invisible enemigo que, lamentablemente, se ha cobrado demasiadas vidas. Un virus que ha ahondado más en el dolor, porque muchas familias ni siquiera pudieron acompañarse en tan delicado trance. Desde aquí traslado mi pesar por los que ya no están.

Nos queda el último tramo de esta travesía, hasta que se extienda la aplicación de la vacuna, que ya ha llegado, durante los meses próximos en nuestro país. El halo de esperanza que supone la vacuna no puede hacer que nos confiemos. Sigamos cumpliendo con las normas y seamos firmes ante el virus con este último y necesario esfuerzo. No bajemos la guardia.

Y luchemos para conseguir que Canarias sea un ejemplo de reconstrucción y de esperanza.

Esta crisis mundial nos ha cambiado la vida, pero al mismo tiempo nos está poniendo a prueba ante los ojos del mundo.

Escribamos juntos y juntas, y con valentía, el siguiente episodio de esa historia.

Que las pesadillas de este año 2020 se transformen a partir de ahora en sueños cumplidos.

Que 2021 sea un año feliz para Canarias.

Lo deseo de todo corazón.

Buenas noches.

                                              Ángel Víctor Torres Pérez                                               Presidente de Canarias

 

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