Las Palmas de Gran Canaria.- El Colegio de Médicos de Las Palmas, ante la situación absolutamente insostenible de los médicos de Atención Primaria, agravada aún más por la última ola de la pandemia, hace un imperioso y angustioso llamamiento a toda la clase política. A los políticos que gobiernan, porque no se atreven a tomar decisiones arriesgadas y a los de la oposición, porque parece que sólo están interesados en que las cosas se hagan mal para sus réditos. Necesitamos una gestión a la altura de las adversas circunstancias actuales.
La pandemia ya nos alcanza a todos. ¿Hay alguien que no haya enfermado o no haya tenido un contacto con algún enfermo, con alguien que, a su vez, haya estado con otro que…?
A día de hoy, la incidencia de enfermedad grave por COVID-19 es menor que la de la gripe, en nuestra comunidad, los ingresos en UCI son el 0,12% entre los casos activos (la mayoría en no vacunados o enfermos pluripatológicos). En esta situación los datos epidemiológicos tienen un valor secundario y no pueden paralizar la actividad médica. Lo apremiante ahora es tratar a los enfermos, ¡a todos los enfermos!: no se han acabado los problemas como infartos de miocardio, los de salud mental cada vez más comunes, los ictus o el cáncer.
Los médicos de Atención Primaria deben priorizar y no pueden dedicar, su ya escaso tiempo, a cumplimentar informes epidemiológicos, tramitar el desorbitado número de bajas de los positivos, comunicar resultados de test covid, informar a la población sobre las pautas en caso de contacto estrecho, tener síntomas o ser positivo y hacer seguimientos clínicos innecesarios a personas sin factores de riesgo con cuadros leves.
Nuestras reivindicaciones van acompañadas de propuestas. Proponemos que, si se han creado “vacunódromos”, se pueden crear “testódromos”, fuera de las consultas médicas de atención primaria.
Esos mismos centros deben ser gestionados por otros profesionales sanitarios y encargarse de los trámites burocráticos que conlleva esta pandemia: 1. Comunicar los detalles informativos de la pandemia. 2. Tramitar las bajas laborales de los positivos (que generan una media de tres visitas, en la mayoría no programadas). 3. Resolver los problemas con los certificados covid de vacunación. 4. Facilitar los informes de recuperación tras la enfermedad y otros documentos relacionados, etcétera.
Prioricen que los Centros de Salud se ocupen de los enfermos agudos, la mayoría no covid, de los pacientes con enfermedades crónicas que precisan controles para evitar descompensaciones y a las acciones preventivas y comunitarias tan necesarias y olvidadas actualmente.
La información a la población es trascendental en estos momentos. Con los cambios de protocolos a partir del 31 de diciembre se disminuye el periodo de aislamiento en casos positivos vacunados con síntomas leves a 7 días en vez de 10, se abandona el rastreo institucional de contactos salvo en caso de vulnerables y personal sociosanitario, con lo que no se realizarán test diagnósticos en contactos asintomáticos en la mayoría de los casos. Estos cambios, que a priori pudieran parecer una descarga en la presión asistencial, si no se explican bien y se acompañan de campañas informativas que lleguen a la población, generan muchas dudas en los pacientes que provoca que consulten aún más, como es lógico, para resolverlas, aumentando la carga nuevamente de los médicos y personal de enfermería de Atención Primaria.
Es crucial, por favor, señores políticos que hablen con claridad y voz única a la población. Sigue fallando de forma escandalosa la divulgación de los protocolos vigentes a través de fuentes creíbles y de todos los medios de comunicación al alcance, con mensajes repetidos mañana, tarde y noche. No basta con las redes sociales.
Aclaren a la ciudadanía que si no tienen síntomas o la sintomatología es leve no necesitan atención médica. Acudir únicamente al centro de salud si fiebre alta que no cede y trasladarse al hospital si tienen dificultad respiratoria u otros síntomas graves.
Diabéticos, asmáticos, cardiópatas, cánceres incipientes, en definitiva, a los enfermos de verdad, son bienvenidos a la consulta presencial, donde la actuación de los médicos de Atención Primaria es fundamental.
Ya no podemos hacer más, la pelota está en el tejado de los políticos. Los médicos no son los responsables del caos existente ahora mismo en Atención Primaria, son las víctimas. Los médicos están desbordados, tanto física como psicológicamente. El agotamiento de los profesionales no solo repercute en ellos mismos sino que lo hace muy directamente en los pacientes, cuya seguridad se ve amenazada.
Esperamos una urgente y adecuada respuesta por parte de nuestra Consejería de Sanidad antes de que los médicos que aún están prestando asistencia dejen de estarlo por enfermedad o abandono.